sábado, 27 de diciembre de 2008

Cuba: ¿Retorno al capitalismo?

¿Cuántas veces Fidel Castro dijo que Cuba no regresaría jamás al capitalismo?

Tantas veces el hoy anciano caudillo dijo una cosa y sucedió otra, que ya ni lo notamos.

¿Sociocapitalismo?

El asunto es que en la década del 90 en Cuba se produjo un viraje parcial hacia el capitalismo.

Acostumbrados a engañar al pueblo usando otros términos, como si cambiándole el nombre a las cosas, se convirtieran en otras, a los cambios realizados se le llamó economía “mixta”.

Fueron básicamente dos formas de economía capitalista las reautorizadas:

1. La principal, la participación en gran escala de las empresas capitalistas exranjeras en diversos sectores, con mayor fuerza en el turismo.

2. La otra, con un gran auge inicial, ha mermado considerablemente, por cuanto el “máximo líder” devenido reflexólogo, la considera indeseable y la ha sumado a su larga lista de batallas, para, si no erradicarla, al menos entorpecerla, frenarla, minimizarla, ahogarla. Se trata de los llamados “cuentapropistas”, concebidos como un lejano recuerdo de, o parentezco con, la pequeña burguesía cubana “enemiga”, despojada igualmente de sus bienes muy injusta e injustificadamente, desde la década del 60.

El “eterno” dictador no vaciló en, primero violar la actual Constitución con muchas de sus medidas del período especial y luego reformarla, poniendo en práctica su desfachatada “voluntad popular”. O sea, derogó a su antojo cuanto había sido aprobado por el pueblo en referendo en los 70 y que ya no le resultaba conveniente en los 90, como si el país entero fuese su finca particular.

De todas maneras, el pueblo siempre “comprenderá” que él, humildemente, actúa como un esclavo a su servicio, nunca tiene otra opción y no le quedó más remedio que hacer lo que hacía falta hacer, etc. etc. No se le ocurría otra cosa. Ya no salía nada de su materia gris. Esto pese a esa gran inteligencia que se le atribuye para otras cosas, en especial para engatuzar, despojar a los demás de sus bienes, deshacerse de sus enemigos, someter a los demás, en ese ya larguísimo proceso de construir (sin nunca de veras hacerlo) el socialismo, como gusta llamarle al régimen del burocratismo en el poder.

Este es un cuento muy conocido de tan repetido: él quiere lo mejor para el pueblo, pero le sale lo peor, porque el enemigo (el imperio, el bloqueo, la mafia miamense, etc.) no lo deja llenar de felicidad al cada vez más empobrecido país.

Burgueses buenos y malos, según convenga

Cuando el ahora expresidente dice que no se regresará al capitalismo, se refiere al poder de la gran burguesía cubana y norteamercana, a la cual le quitó sus vastas propiedades en nuestra Patria. O sea, a sus enemigos que lo llaman ladrón, asesino y a quienes él en sus afanes colectivistas y dinásticos los llamó “nuestros” enemigos "eternos".

Como si la gran burguesía española, canadiense, francesa, alemana, británica, italiana, mexicana, brasileña, etc. no fuese al fin y al cabo tan capitalista como la norteamericana o la cubana.

El extremismo anticapitalista

En realidad el infundado temor al capitalismo, el fantasma de la vuelta al pasado republicano, invocando y exagerando sus defectos y errores, ocultando sus logros, en fin, desinformando al pueblo, forma parte importante de la larga lista de recursos manipulativos usados por el régimen para perpetuarse y continuar usurpándole el poder al pueblo, basados en:

- la mentira,
- el miedo,
- la inseguridad,
- las calumnias,
- la coacción psicológica,
- la represión,
- la aprobación y puesta en práctica de leyes arbitrarias unas y letra muerta otras,
- la privación de derechos,
- la desinformación,
- la incomunicación,
- el aislamiento del mundo,
- la conversión de la Isla en una especie de gran prisión con rejas de mar, para la gran mayoría de sus habitantes, que nunca han podido salir de ella ni una sola vez en su vida,
- las purgas,
- la eliminación física de los opositores (fusilamientos, desaparecidos “en el mar”),
- el éxodo,
- y un extenso etcétera.

Desastroso resultado del no capitalismo

El desastre económico cubano está evidenciado sobre todo por:

- esa capital que lleva décadas en ruinas, de manera creciente, cual salida recientemente de un gran terremoto o bombardeo masivo,
- ese continuo empobrecimiento material de cada habitante,
- esa bajísima remuneración salarial, la cual como promedio no cubre ni un tercio de las más elementales necesidades de dinero para las compras de alimentos,
- esa angustia diaria por la subsistencia,
- esa parte creciente de la población envejecida, obligada a seguir trabajando con más de 60, 70, 80 y 90 años para no morir de desnutrición e inanición,
- esa niñez y juventud desesperanzada, pedigüeña, prostituida e irreverente,
- ese creciente y calificado capital humano, profesionalmente frustrado, frenado, desmotivado, subestimado, apabullado,
- esa desmoralización masiva (tanto mayor cuanto más larga ha sido la duración del régimen) que ha forzado a un pueblo virtuoso a rebajarse al hurto, robo, violación de todo tipo de leyes absurdas, que le prohiben ganarse honradamente el sustento diario, suyo y de su familia,
- ese ya hoy mayoritario deseo de emigrar y de terminar de una vez con el actual régimen.

¿Hasta cuándo seguir mintiendo? ¿Seguir soportando? ¿Continuar creyendo? ¿Proseguir apoyando? ¿Continuar aceptando lo que no sirve? ¿Seguirles temiendo?

¿Quiénes desean el capitalismo para Cuba?

Por eso el retorno al capitalismo no es sólo un deseo de aquella burguesía desvalijada, asentada en Miami y hoy aún más enriquecida y poderosa económicamente de lo que alguna vez lo fue en su Patria.

Tampoco el anhelo únicamente de los cubanos que, nacidos después del 59 o siendo muy pequeños entonces, emigraron también e igualmente disfrutan en la actualidad de la bonanza económica a la cual no podían aspirar en la tierra que les vio nacer. O sus descendientes (cubanoamericanos o cubanoeuropeos). Esta parte hoy mayoritaria del exilio.

Menos aún, aspiración solamente de los “grupúsculos” opositores internos, ciertamente minúsculos.

Es una alternativa, si bien no la única, considerada por la mayoría de los habitantes de la otrora Perla de las Antillas, cuando a solas o en confianza, meditan sobre el futuro deseado para Cuba.

jueves, 11 de diciembre de 2008

¿Y lo que Mariela Castro Espín respondió a Yoani Sánchez?

Esta noche las televisoras de Miami difundieron el fragmento de un vídeo en el cual Yoani Sánchez y Mariela Castro Espín sostienen una brevísima conversación.

Yoani es una filóloga y blogguera cubana cada vez más famosa, luego de otorgársele el premio Ortega y Gasset 2008 de periodismo digital, así como haber sido seleccionada por la revista Forbes como una de las 100 personalidades más influyentes del mundo.

Mariela, como sus apellidos nos sugieren, es hija de Raúl Castro (actual Presidente de Cuba) y de su fallecida esposa Vilma Espín (quien oficialmente hizo las funciones de Primera Dama durante muchos años). Sobrina, por tanto, de Fidel.

Es importante decir cosas como lo expresado por Yoani. Varias veces la he elogiado verbalmente y por escrito en comentarios a sus artículos de su blog, pero lo que me llamó la atención fue lo siguiente: nadie cuestionó el porqué expresarlo en una conferencia sobre otro tema. Además, a la persona escogida y no a otra.

En esta sociedad tan libre, no se escuchó ni escribió ningún enfoque diferente de lo acaecido y una vez más decidí atreverme a nadar contra la corriente.

Por lo visto, desde el punto de vista publicitario todo estuvo muy bien planeado, de ahí la grabación del vídeo y sobre todo, su rápida difusión. ¿Oportuno u oportunista?

¿Acaso Yoani se va a mover en la misma cuerda que critica, pero en el bando opuesto, al mezclar la ideología y la política con todo?

El título que escogí se debe a que en mi vida me han tratado de obligar muchas veces a tragarme la píldora y siempre me he resistido de una u otra manera.

Así, tanto en los medios de Miami como en Internet, se destaca la pregunta de Yoani, sin decir que está totalmente fuera de contexto, por tratarse de una conferencia cuyo asunto principal no era básicamente ni político ni ideológico, sino relativo a la sexualidad humana.

Hay ciertos grupos extremistas que desde hace 50 años dicen luchar por profundos cambios en Cuba, como terminar con el régimen, pero actúan tal que tienden a interferir los otros cambios graduales e insuficientes que se han ido gestando, como si en realidad trataran de que no se dé cambio alguno, que todo siga igual o peor. Han contribuido así a prolongar lo que dicen querer acabar.

Y llama la atención que algunos miembros de generaciones más jóvenes, de vez en cuando bailen en la misma cuerda que los más viejos, prestándose al juego de obstaculizar cualquier otro cambio, que no forme parte de los asuntos que más nos dividen a los cubanos, aquellos que permanecen prácticamente intactos.

¿Fue o no bueno lo contestado por Mariela?

En Miami incluso insistieron en la TV en cuanto a que Mariela no halló una buena respuesta. A mí me pareció todo lo contrario: breve, concisa, inteligente, cordial, tolerante, sensata.

Claro, no fue lo que hubiesen preferido quienes sólo ven en ella a la sobrina del tirano, a la hija de Raúl. Como no encuentran de qué acusarla, ni cómo desprestigiarla, pues manipulan los grandes medios, cambiando "pequeños detalles aparentemente insignificantes" de lo sucedido realmente.

Mi colega (excompañera de la carrera y de trabajo) psicóloga, pedagoga y sexóloga ha logrado librarse de los altos cargos políticos, por más que los futurólogos y cubanólogos la sigan presentando como una de las posibles herederas del trono castrista y se ha mantenido concentrada en su profesión, dedicada desde hace muchos años a la dirección, la docencia y las investigaciones científicas en el área de la educación sexual.

¿Y, por qué no? Se ha atrevido a fundamentar científicamente y luchar por conferirle un respaldo jurídico a cuestiones muy mal tratadas históricamente no sólo en Cuba, sino en casi todos los países, incluido USA y la otra Cuba del sur de la Florida, donde los no heterosexuales siguen luchando por la plena igualdad de derechos, en el mismísimo siglo XXI, en la única superpotencia mundial, muy avanzada en múltiples cosas, pero bastante rezagada en otras. Al César lo que es del César.

¿O a caso ahora nos van a pedir cuentas a nosotros por el exterminio de los indios por los colonizadores en este hemisferio, dado el hecho de ser sus descendientes?

Lo que cambió, omitió y añadió Yoani

Este vídeo ya estaba en You Tube http://www.youtube.com/watch?v=jxNGB9PLnF8 y en el recientemente premiado como mejor blog Generación Y http://desdecuba.com/generaciony/

Como la calidad del sonido no es la óptima, la blogguera lo transcribió con varias imprecisiones (cambios, omisiones, adiciones) por lo tanto, ponemos a disposición de nuestros lectores la versión real de lo que se habló según el fragmento de vídeo. En nuestra transcripción más exacta (hasta con las muletillas), destacamos en verde lo que no coincide con la transcripción de la filóloga. La de ella se resalta en azul con los detalles en rojo que le cambió.

Resulta curioso que Yoani, quien se ha propuesto luchar por los derechos de los cubanos como los seres humanos que somos, no haya escuchado ni en vivo ni en la grabación, que Mariela dijo claramente "derecho humano", en lugar de "No queremos más".

También oyó "responsabilidad" en lugar de "sexualidad". Tal parece que en su afán de responsabilizar a Mariela por los desaciertos políticos e ideológicos del país (debido al pecado de su origen familiar), oyó más lo deseado que lo dicho, en vez de prestar atención a los problemas referentes a la sexualidad existentes en nuestra Patria y sus posibles soluciones. Es más fácil criticar que resolver; preocuparse, que ocuparse.

Obviamente, la autora de Generación Y, no fue allí ni a conversar, ni a oír, ni a que le respondieran nada, ni a apoyar a los no heterosexuales, sino a decir y a seguir sobresaliendo en los medios.

Esta última adquisición de nuestra colección de cubanos famosos comenzó muy bien, pero al parecer ya se le están subiendo los humos para la cabeza. Ojalá esté a tiempo de meditar, de escuchar, de regresar a su encantadora humildad original, pues si de algo no hemos carecido los cubanos es de la injustificada manía de grandeza de ciertos personajes, como para que este cáncer se propague.

A continuación las dos transcripciones de la pregunta/respuesta:

Mariela: Incluir el tratamiento de la persona transexual en una concepción del derecho, como derecho humano... La compañera (dirigiéndose a Yoani para cederle la palabra)

(Incluir el tratamiento de las personas transexuales en una cosa que se llama el derecho. No queremos más. )

Yoani: Este, me gustaría preguntar si en toda esta campaña, en esta lucha que se está haciendo, de alguna manera, desde la sociedad misma para aceptar la preferencia sexual, se pudiera también en algún momento como pasar a otros, a otros roles y de alguna manera se luchará también por la tolerancia a otros aspectos como pueden ser la opinión, como pueden ser las preferencias políticas e ideológicas. ¿Saldremos también de esos armarios?

(Me gustaría preguntar si toda esta campaña, esta lucha que se está haciendo, de alguna manera, desde la sociedad misma para aceptar la preferencia sexual, podrá en algún momento pasar a otros roles y se luchará también por la tolerancia a otros aspectos como pueden ser la opinión, como pueden ser las preferencias políticas e ideológicas. ¿Saldremos también de esos armarios? )

Mariela: Yo no sé, porque no trabajo en esa área. Eh, el campo ideológico y político están entre la sexualidad y creo que estoy haciendo lo mejor que desde mi capacidad puedo dar. Eh, yo pienso que a todos nos toca trabajar en el área que nos corresponde.

(No sé, porque no trabajo esa área. El campo ideológico y político está fuera de mi responsabilidad. Y creo estar haciendo lo mejor que desde mi capacidad puedo dar. )

martes, 9 de diciembre de 2008

¿Libertad de expresión en Cuba?

Si el régimen existente en Cuba fuera realmente mejor o bueno, si el pueblo de veras tuviese el poder, no habría excusa alguna para no garantizar la más completa libertad de expresión.

Este derecho humano es probablemente manipulado en todas partes con fines políticos, en interés de unos y perjuicio de otros.

Tal vez muchos cubanos que nunca han visitado otro país, crean ingenuamente que en Occidente sí se respeta la libre expresión, que cualquiera puede decir por la TV, la radio o la prensa plana lo que opina, especialmente cuando son planteamientos completamente opuestos a lo preferido por los dueños de cada uno de esos medios en particular o incluso cuando difieren del criterio del conductor o del director de determinado programa. La mentira, por mucho repetirla, no se convierte nunca en verdad.

En varios espacios en vivo en Miami, he constatado como interrumpen la salida al aire de la voz de alguien cuando está expresando una opinión contraria. Dedican más tiempo a refutarla y a que se escuchen las que no disienten. Paradójicamente, quienes dirigen esas emisoras y programas o los conducen, dicen abogar por la libertad de expresión en Cuba y nos quieren hacer creer que eso que ellos hacen es garantizar esa libertad. ¿O será que para esta gente libertad de expresión significa la libertad de impedir a los demás decir lo que desean, sobre todo si es diferente? ¿O simplemente, libertad sólo para quienes tienen el control de los medios? ¿Libertad para imponer quiénes sí y quiénes no?

¿O acaso dónde está el canal (para verlo), o la emisora (para escucharla), o el periódico y revista (para leerlos), o aunque sea el artículo y programa de quienes están en contra? No me refiero a quienes tienen pequeñas diferencias sobre lo mismo, o a cuando ya no queda otra opción inteligente que la de apoyar a la, a todas luces nueva mayoría, como está ocurriendo hoy día con tantos temas cubanoamericanos.

Hasta he escuchado varias veces decir: "Aquí eso no lo podemos permitir". Cosa que me suena muy recordada y escuchada, pero del otro lado del estrecho de la Florida. Agregando a veces: "¡Qué se vayan! (Para Cuba)". Y me vuelve a la mente la tristemente célebre "escoria" de los 80 (no sólo ella).

¿Y qué decir cuando nos llega algún cantante o actriz (como Pablo FG o Rosita Fornés) y no dice "libremente" lo único que los más extremistas de acá, consideran apropiado oír de los labios de un cubano?

Extremistas como estos nos quieren dar lecciones de libertad. Como si no supiésemos y como si no estuviésemos más que hartos, de que otros nos estén imponiendo qué debemos decir, pensar o hacer.
Dentro de Cuba quedan muy pocos que se traguen aún el cuentecito de que el poder es del pueblo y que, por tanto, la TV, la radio, etc. también son del pueblo, que existe igualdad de derechos, de acceso a los medios y tantas otras mentiras, que como ya se sabe, por muy repetidas no se van a convertir en verdad, sino que al contrario, cada vez la población se convence más de haber sido víctima de una gigantesca estafa histórica.

Todos los que hemos trabajado y trabajan en los medios en Cuba sabemos que tenemos prohibido por completo decir o permitir que otros digan algo distinto a lo oficial y que no sea aprobado por quienes ejercen el poder "en nombre del pueblo", traducido mejor como en contra del pueblo.

¿Quién en Cuba todavía no sabe que esto que acabo de decir es así?

¿Y eso es socialismo? ¿Poder Popular? ¿Democracia? ¿Justicia social? ¿Libertad? ¿Igualdad? Y toda esa lista de valores que en la teoría suenan muy bonitos, pero que en la práctica brillan por su ausencia.

Pese a saber desde hace tiempo que la mayoría silenciosa y silenciada del pueblo no apoya al régimen, supongamos que fuese cierto lo dicho oficialmente:

- sólo una minoría ínfima, los llamados grupúsculos, son quienes están en contra. Digamos el uno por ciento de la población (o la proporción que más le guste a usted, da igual a los fines de este ejemplo).

- que de veras el poder fuese del pueblo y por tanto, se garantizara la justicia, equidad, los derechos humanos y cuanto de noble y bueno ha concebido el ser humano para la sociedad socialista (esa que en 50 años ni siquiera se ha empezado a construir)

Entonces lo justo, lo equitativo, lo revolucionario, lo socialista, lo democrático, lo que evidenciaría que de veras el poder es de todo el pueblo (¿O acaso la minoría no forma parte del pueblo en el poder?), incluso con la exactitud matemática de la elevada educación enarbolada como bandera, sería que al menos de cada 99 opiniones favorables al régimen, se difundiera aunque fuese una, totalmente contraria.

Claro, la minoritaria burocracia en el poder también usa la matemática a su conveniencia, que por lo general no coincide con lo conveniente para el mayoritario pueblo "en el poder" (en realidad carente de todo poder, incluido el de expresarlo).

O continuando con la más exacta de las ciencias, pudieran ser cada 99 días completos para las opiniones respaldando o repitiendo lo oficial, tener un día, también completo, para los criterios en contra de lo oficial.
Pero el "invicto Comandante" (este "esclavo" moderno que estuvo tantos años "obligado moralmente" a servirle al pueblo, el cual no deseaba tener a ningún otro como líder) no permitió, ni permite, la difusión de ni siquiera una sola opinión contraria, ni tímidamente disidente, por los medios "del pueblo", de los cuales todavía se cree el verdadero propietario y, por tanto, continúa imponiéndole a la mayoría su "voluntad popular" (requete demostrada impopularísima, cuando no tuvo más remedio que cederle el puesto a su hermano) .

Obviamente, la atemorizada clase burocrática en el poder, so pena de selectivamente dejar de serlo, mediante las conocidas purgas, planes pijamas, simulacros de juicios, fusilamientos, etc., sigue acatando diligentemente las órdenes del Comandante en Jefe, sometida igualmente a los designios, la coacción psicológica, sofisticada represión y caprichos del vejete dictador, expresidente devenido reflexólogo, pero no por ello con menor poder real.

viernes, 5 de diciembre de 2008

¿Cambios en el exilio?

Al parecer los cambios en Miami, la capital del exilio cubano, están llegando más rápido de lo previsto.

Así lo evidenció el sondeo efectuado por la Florida International University (FIU) poco después de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, el 4 de noviembre.

Los resultados hablan por sí solos:

El 55 por ciento se opone a la continuación del embargo.

El 66 por ciento desea el fin de las restricciones a los viajes a Cuba.

El 65 por ciento está a favor de restablecer las relaciones diplomáticas con Cuba.

Los analistas coinciden en señalar que las nuevas generaciones de cubano americanos siguen ganando terreno frente a las viejas que emigraron a principios de los 60, cuyos voceros demostraron ante los medios que estaban lejos de imaginarse verse en minoría tan pronto, en asunto tan polémico como el muy condenado internacionalmente bloqueo o embargo.

viernes, 28 de noviembre de 2008

¿Capitalismo otra vez en Cuba?

De manera muy distinta es recordado el sistema capitalista existente en Cuba hasta la década del 50 por quienes hoy sobrepasan los sesenta años.

Los que viveron aquella etapa en la llamada Cuba republicana, pseudorrepúplica o república mediatizada, numéricamente son cada vez menos, por ley de la vida. En estos momentos constituyen una porción pequeña tanto del exilio como de la población de la Isla.

Tres de cada cuatro cubanos nacieron después de 1959 o eran muy pequeños entonces.

Los enfoques de ambos bandos son tan opuestos que tal parece que se está hablando de dos países distintos:

- Uno paradisíaco, esplendoroso, lleno de aspectos positivos, según la TV miamense.

- Otro demoníaco, calamitoso, plagado de tantos males que casi no tenía nada bueno, según la cúpula gobernante cubana y los medios que difunden la visión conveniente para ella.

¿Era tan buena, buena o tan mala, mala aquella sociedad de hace medio siglo atrás?

Afortunadamente, la mayoría de los cubanos sabemos que ambas partes exageran según sus intereses de recuperar el poder perdido o perpetuarse, pero no en beneficio real para el pueblo.

Era una sociedad con aciertos y desaciertos, pero sobre todo, el pueblo deseaba algo mejor y, por tanto, apoyó las promesas de cambios supuestametne encaminadas a lograr todas esas mejoras.

Pero el tiempo pasó y como dice en una de sus canciones un muy famoso cantautor: "las maravillas vendrán algo lentas".

¿Algo lentas? ¿O demasiado lentas? ¿O nunca vendrán de seguir siendo conducidos por quienes las prometieron y no han sido capaces de llegar a ellas?

jueves, 20 de noviembre de 2008

¿Cuál sociedad futura desean los cubanos?

Si los habitantes de Cuba pudieran responder libremente sin temor alguno a represalias cuál es la sociedad que desean en el futuro inmediato, si pudieran escoger esto mediante el voto libre, directo y secreto:

¿Qué sucedería?

¿Qué opción ganaría?

¿Decidirían mantener el régimen o escogerían otro?

En la actualidad, la población cubana tiene ante sí no dos, sino tres alterantivas de sociedad:

1. Mantener la actual sociedad burocrática

2. Restaurar el capitalismo

3. Construir el socialismo

Fidel Castro repetía falsamente al pueblo que:

- No hay opción (lo cual equivale a decir que al pueblo no le queda más remedio que seguir como está).

- Se está a favor o en contra de la Revolución (refiriéndose no al verdadero significado de revolución y menos aún socialista, sino al régimen burocrático explotador encabezado por él).

- No existe una tercera posición (o se estaba a favor de él o en su contra -lo cual era interpreatado como sinónimo de estar en contra de la Revolución, la Patria, el Socialismo, el pueblo, etc.)

Lo cierto es que una parte de los cubanos todavía apoya el régimen burocrático explotador implantado en la Isla en nombre del Socialismo no construido y representado por la figura del expresidente o exdictador (según se esté o no a su favor) Fidel Castro.

Sin embargo, esa parte del pueblo cubano que aún apoya a Fidel y al régimen burocrático implantado, no es la mayoría. Dejó de serlo ya hace tiempo.

Dentro de Cuba, quienes abogan por el regreso al sistema capitalista son realmente muy pocos. No obstante, esas mismas personas que no querían eso, al emigrar cambian de parecer. Y hasta quienes viajan a otros países para luego regresar, se percatan sin duda alguna, que el régimen burgués no es peor que lo existente en el suelo patrio como se les trata de hacer creer, gracias al monopolio mediático de la burocracia en el poder.

Los procapitaslistas son, cuando más, unos pocos miles de los habitantes de la Isla, aunque pueden ser alrededor de dos millones, si se toma en consideración la totalidad de los cubanos residentes en el exterior y sus descendientes directos. Si esta parte (la de mayor peso económico) tuviese derecho a votar respecto al futuro de Cuba o llegase a jugar un papel importante en las decisiones al respecto y a influir en el resto, entonnces la opción burguesa pudiera ser viable, como ocurrió en el desaparecido y mal llamado campo socialista.

Ahora bien, de los once millones de habitantes de la Isla, unos ocho tienen derecho al voto y, mayoritariamente, siguen soñando con el paraíso prometido, creyendo en la todavía utópica sociedad socialista, nunca de verdad construida sobre la faz de la Tierra y se preguntan si Raúl Castro de veras los guiará por ese camino o imitará a su hermano mayor, manteniendo el desastroso régimen burocrático dictatorial explotador atual.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

¿Tiene Raúl Castro el poder absoluto del cual disfrutó Fidel?

En varias ocasiones ante le TV, Raúl se ha referido a su hermano como Comandante en Jefe.

En Miami dicen: Fidel sigue siendo el que manda. Todo sigue igual, etc.

Esto me llevó a compartir una reflexión con ustedes.

Para quien piensa y percibe las cosas mediante el modelo capitalista de sociedad y gobierno en el cual vive, Raúl Castro, al ostentar los cargos de Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, pasó a ser por completo la máxima figura del poder en Cuba, pues ello equivale a ser el Jefe de Estado y de Gobierno.

Sin embargo, esta manera de ver las cosas tropieza con la realidad de que en el modelo cubano vigente, las cosas no son así.

Hay dos cargos que por lo visto, Raúl todavía no tiene del todo:

1. Secretario General del Partido Comunista de Cuba (PCC).

2. Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR).

Ambos todavía están oficialmente en manos de Fidel y, por tanto Raúl sigue subordinado al Jefe.

En una dictadura militar maldisfrazada de civil, nadie puede estarse oponiendo abiertamente al Comandante en Jefe sin ser apabullado, aunque tal título en la persona del anciano y enfermo Fidel parezca más caricaturesco, nobiliario, vitalicio u honorífico, que militar y el oponente sea nada más y nada menos que el propio Raúl.

No se sabe a ciencia cierta cuántos en el ejército respaldarían más a Fidel que a Raúl (o las posiciones y modelos que ambos defienden o representan) en un casi impensable conflicto entre ambos hermanos.

¿O a caso Fidel renunció también a ser el Comandante en Jefe y el Primer Secretario y ello ya fue aprobado en las instancias correspondientes y Raúl no se acostumbra a dejar de verlo como su Jefe supremo?

Se puede presentar una renuncia y no hacerse efectiva de inmediato por tener que esperar por la aprobación del órgano competente. Cuestiones de burocracia, pero que bien pueden estarle atando las manos al nuevo gobernante.

Hasta el próximo Congreso del PCC ya convocado, Raúl no pasará a ser "electo" Primer Secretario. Actualmente lo es sólo en funciones, pues es al Segundo Secretario (Raúl) a quien le corresponde sustituir al Primero (Fidel), incapacitado por su deteriorada salud de asumir plenamente los cargos que le quedan.

Según la Constitución vigente en Cuba, el máximo poder corresponde al PCC, no al Estado ni al Gobierno, que están subordinados al PCC.

Antes, como los cuatro poderes se concentraban únicamente en Fidel Cstro, esto no era objeto de análisis alguno.

Por eso no sorprende ver las narices del Compañero en Jefe metidas en todo, custionándolo todo, advirtiendo de los peligrosos cambios que desea emprender su hermano menor.

Por lo visto, Raúl no goza del poder absoluto que tuvo su hermano y esto constituye una enorme barrera a los cambios que necesita Cuba y que quizás el gobierno raulista desea emprender.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Ganó Obama y una luz de esperanza de cambios para las minorías, los hispanos y cubanos

Arrolladora victoria demócrata en las elecciones de USA. Más contundente aún la del nuevo Presidente electo, Barack Obama.

Probablemente un voto de castigo al desastroso desempeño de la actual administración republicana de Busch.

Tras una campaña exitosa, sin favoritismo, con excelente poder de convocatoria, el flamante ganador logró conquistar el apoyo de los esperanzados en cambios; de los cansados de las guerras y del nefasto manejo de la economía; de las minorías que desean ser escuchadas y tenidas en cuenta; de quienes desean realmente que este sea el país más avanzado del mundo, no sólo en cuanto a tecnología y peso económico, sino en todos los órdenes; de quienes anhelan que nuestros presidentes sean vistos por los pueblos en el resto del mundo como amigos respetuosos y no como enemigos...

Las mujeres, los hispanos y los negros, fueron las tres grandes minorías que en masa le dieron su voto victorioso. Y junto a muchos hombres de origen caucásico, liberados de prejuicios cada vez más dejados atrás.

Para los cubanos se abre la esperanza de cambios. Tanto aquí como allá. No sensacionales ni abruptos, pero sí graduales. Se empiezan a tambalear unas cuantas cosas absurdas y antipopulares que los intereses más extremistas habían logrado imponer y mantener.

miércoles, 22 de octubre de 2008

¿Cuba es de veras socialista?

Es hora de llamar las cosas por su nombre.

Aún en Cuba hay quienes apoyan al régimen creyendo ingenuamente que en este medio siglo se ha estado construyendo el socialismo, pero el imperialismo lo ha impedido u obstaculizado, que de no ser así, los cubanos viviríamos en el paraíso terrenal.

¿Qué pasaría si a todo el pueblo cubano no le quedara duda alguna de que no son ciertas tantas de esas cosas que les han hecho creer?

O sea, que en Cuba no hay ni socialismo, ni poder del pueblo, por tanto tampoco democracia socialista, ni dictadura del proletariado, ni poder de obreros y campesinos, ni se abolió la explotación del hombre por el hombre, sino que por el contrario no hay seres humanos más explotados en este planeta que los habitantes de la Isla.

Como en el resto de los países, los cubanos no nos libramos de ser explotados por la burguesía internacional y adicionalmente somos superexplotados por la burocracia estatal partidista nacional.

Carlos Marx en un tiempo cada vez más lejano, vivió aquel capitalismo y reveló cómo mediante la plusvalía, la burguesía explota al obrero.

Pero Marx no pudo decir nada respecto a los mal llamados países socialistas, simplemente porque murió antes de que surgieran estos engendros proclamados en su nombre. Por tanto, no pudo opinar si de verdad son socialistas, si realmente pusieron fin a toda forma de explotación o si como con el paso del feudalismo al capitalismo, lo ocurrido fue cambiar unos explotadores por otros.

Sí se le quitó el poder a la burguesía, pero en lugar de pasar a manos de los obreros y campesinos, fue la nueva burocracia estatal partidista la que se adueñó de él.

Por tanto, en vez de una sociedad socialista, en realidad se construyó una sociedad burocrática.

La burguesía como clase explotadora anterior simplemente fue reemplazada por otra clase más explotadora aún.

La supresión de la democracia representativa no dio lugar a una democracia socialista, sino a una dedocracia burocrática, porque los cubanos en la farsa electoral del régimen no pueden ni elegir a un nuevo presidente, ni siquiera votar para decidir si quieren que continúe o no.

Y el llamado parlamento que tampoco es popular, no es electo por el pueblo, aunque acuda masivamente bajo coacción psicológica a marcar boletas, por el simple hecho de que la totalidad de esos parlamentarios son designados desde arriba, para que voten por ellos y únicamente por ellos.

El pueblo no puede poner mediante el voto a otros en esas boletas, ni quitar mediante su voto a quienes ya están en el parlamento o en la presidencia. Tampoco a los alcaldes (Presidentes de los Poderes "Populares" provinciales y municipales). De popular sólo el nombre y la farsa electoral que los eterniza.

Sólo elige con el voto a los peleles bautizados como Delegados del Poder Popular, a quienes lo que más los caracteriza es precisamente el no tener poder alguno, ser unos lleva y trae, las marionetas consagradas a explicarle a los electores lo inexplicable, o sea, por qué a pesar de tan bueno que es todo en la teoría, queda mal en la práctica por culpa del bloqueo, el imperialismo y bla, bla, bla, pero sin osar nombrar a los máximos y principales culpables de que Cuba en lugar de avanzar, cada vez ocupe un peor lugar en la economía mundial.

Sí hay una dictadura, pero no del proletariado, porque es totalmente falso que el poder sea de los obreros.

No por repetir hasta el cansancio tantas mentiras se van a convertir en verdad.

La dictadura es, de la burocracia estatal partidista como clase y de los hermanos Castro como individuos y familia entronizada en la cúpula del poder de dicha burocracia.

Es importante que cada cubano sepa que esto es así. Que lo lea, lo oiga, lo entienda, lo comente entre familiares y amigos. Que no quede uno solo sin saber la verdad.

Aunque sigamos todavía, quizás por mucho tiempo más, aparentando unanimidad, docilidad, conformismo, fingiendo apoyo al régimen, llenando plazas, marcando boletas, pero sabiendo que yo, tú, él, ella, todos, ya no tendremos duda alguna de la farsa existente en nuestro país, como base de la imprescindible unidad nacional, que nos llevará algún día, desde dentro, a derrocar el explotador poder burocrático y erigir sobre sus ruinas una verdadera nueva sociedad, mejor que todas las anteriores, tal vez sin nombre o etiquetas, pero que garantice libertad, democracia, desarrollo económico, un alto nivel de vida para todos y no sólo para una élite dirigente privilegiada y minoritaria.

La principal contrarrevolución no es la que emigró a Miami. Es la que le usurpó el poder al pueblo desde hace medio siglo y pretende seguir engañándonos con el cada vez más desteñido disfraz de socialista.

Como la del 30, la revolución del 59 también se fue a bolina.

Otra vez es hora de Revolución en Cuba: toca a las nuevas generaciones (¿La Generación Y?)barrer con la vieja sociedad que hoy día es para ellos la falsa burocracia explotadora castrista.

Pero no se trata de imitar a los grupitos de disidentes manipulados desde Miami y ponernos a provocar más represión con ridículas protestas mediáticas.

Afortunadamente este pueblo de hoy no es la legión de analfabetos de la Pseudorrepública.

No le hagamos caso a los falsos líderes de afuera que desde sus cómodas residencias nos quieren ver bañados en sangre. Ni a los de adentro que, o se quieren perpetuar en el poder o pretenden pasar a ser los nuevos amos.

Guiados por las mejores enseñanzas martianas, preparémonos casi en silencio para el gran cambio, uniéndonos todos en el conocimiento de por qué tenemos que echar abajo el actual falso y explotador régimen.

Si nos unimos, su propia podredumbre lo desmoronará.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Expertos en brindar ayuda que no están dispuestos a dar

Desde el Lejano Oriente, sin mucha cobertura noticiosa, un pequeño país llamado Timor Oriental, de manera inmediata hizo llegar, sin condición alguna, una ayuda de quinientos mil dólares a Cuba, con motivo de los daños causados por el huracán Gustav en Pinar del Río e Isla de la Juventud.

A sólo noventa millas la superpotencia del planeta ofreció una cantidad cinco veces menor, de la cual el pueblo cubano aún no ha recibido absolutamente nada. ¡Qué vergüenza!

Mientras otros más, como los también países capitalistas España y Rusia, enviaron rápidamente su ayuda sin condición alguna, en Miami y Washington sigue habiendo mucho ruido y pocas nueces.

Una vez más se nos intenta hacer creer que la mentira es verdad.

Las televisoras no dejan de poner a los falsos lidercillos que con su acostumbrado cinismo repiten una y otra vez sus descarados y reiterativos cuentos de que desean lo mejor para el pueblo cubano, que están dispuestos a ser quienes más nos ayudan, pero que es el Gobierno castrista quien no los deja ser todo lo bueno que estos sinvergüenzas se autorretratan.

¡Qué poderosa es esa dictadura! ¡Le ata las manos hasta a presidentes, senadores y representantes de USA! Y claro está, a otros personajillos “dirigentes” de no sé cuántas sociedades patrióticas y luchadoras por la libertad, al punto de impedirles por completo enviar ni un dólar, a esos cubanos damnificados que la tele pone constantemente durmiendo a la interperie, con sus casas completamente destruidas, sus pocos bienes perdidos, siembras arrasadas, provisiones perdidas...

¡Cuán humana es esta gente!

¿Quién se atreve a dudar que de veras desean cambios en Cuba y acabar con el régimen?

Están dispuestos a ver morir de hambre y epidemias a todos los habitantes de la Isla, con la mayor disposición del mundo a ayudarlos, sin ayudarlos de veras, esgrimiendo cuanta justificación les sirva de pretexto para lograr su verdadero propósito: engañar.

Parece que para esta gente la única manera de la cual el pueblo cubano merece librarse de la dictadura es muriéndose. Así la Isla queda deshabitada y pueden ir a apoderarse de ella otra vez.

Pero afortunadamente, los cambios llegan quieran o no y cada vez serán mayores. Ya se oyeron esta vez, aunque todavía tímidas, voces bien altas que plantearon algo distinto: una moratoria de tres meses para que cada cubano americano pueda hacerle llegar a los de allá, cantidades ilimitadas de dinero y hasta viajar para dar cualquier otro tipo de ayuda.

Por el contrario, los falsos líderes se apuraron en recalcar que no era necesario cambio alguno. Fíjese bien, esa gente repite una y otra vez que no quiere cambio alguno.

¿Y Usted todavía cree en ellos? ¿Hasta cuándo va a estar Usted dispuesto a seguir dejándose manipular por estos engañabobos?

¡Despierte! Y ayude también a los demás a despertar. Necesitamos nuevos y verdaderos líderes que nos ayuden a lograr los cambios dentro y fuera de Cuba, que de verdad necesitamos y anhelamos los cubanos.

lunes, 15 de septiembre de 2008

¿Estamos de verdad los cubanos dispuestos a cambiar?

Una cosa es desear cambios y otra cosa es estar realmente dispuestos a efectuar esos cambios.

Probablemente has respondido a nuestra encuesta afirmativamente, que deseas cambios en Cuba y que quieres que tales cambios sean para mejorar.

Pero a veces, aunque deseamos algo, no hacemos lo requerido para lograrlo.

Si te fijas, muchas de las personas que expresan algún deseo de que hayan cambios en Cuba, paradójicamente no están dispuestos a cambiar ellos mismos.

Podemos poner muchos ejemplos, mas quizás por ahora con dos sea suficiente:

Primer ejemplo: La gran mayoría de los cubanos estamos hartos de pasar trabajo, de vivir en la pobreza, de constatar día a día que la situación económica del país y de cada familia no avanza, sino que empeora más y más.

Cuba en este último medio siglo ha ido descendiendo notablemente en cuanto al lugar que ocupa su economía en el listado mundial y continental de países en los principales índices de desarrollo económico, como lo es el producto interno bruto percápita.

Sin embargo, a pesar del desastroso desempeño económico del Gobierno y régimen a cargo del país en estas cinco décadas, todavía hay cubanos que no se percatan que es necesario cambiar de Gobierno, darle la oportunidad a otro Gobierno de conducir el país, pues el actual, se ha perpetuado en el poder a pesar de su indudable incapacidad de guiar a nuestra Patria por el camino del éxito económico.

No es cuestión de ideología ni de estar a favor o en contra de algo, ni de puntos de vista u opiniones. Es simplemente un hecho incuestionable que no han logrado convertir a Cuba en una nación desarrollada, sino por el contrario en un país cada vez más pobre. Muchas promesas y proyectos con pésimos resultados e incumplimientos al por mayor. Montañas de justificaciones. Detallados al máximo los impedimentos provenientes del exterior y ocultados también al máximo los errores e incapacidad gubernamental.

Es hora de decirle por fin ¡Basta! a las promesas sin resultados, a los supersabios que no dan pie con bola en materia económica.

¿Estás entre quienes todavía no se convencen de que para lograr el desarrollo económico de Cuba se necesita otro Gobierno?

Segundo ejemplo: Una decreciente y decadente parte del exilio cubano, aunque no quiere el más mínimo cambio en la política de USA hacia Cuba, pregona a los cuatro vientos su deseo de que haya un nuevo Gobierno en Cuba y de lograr desarrollar el país, etc. Sólo quieren cambios allá, pero no acá. Nada más parecido al lenguaje castrista, pero a la inversa.

Hay hasta quienes padecen de una extraña ceguera selectiva a conveniencia y dicen no ver cambio alguno en Cuba desde que está Raúl Castro al mando. Quizás no sepan o no quieran expresase con mayor precisión, pues lo que no ven, claro está, son los únicos cambios que realmente ellos desean, que son cambios ante todo políticos, que lleven a la restauración de un pasado, al cual la inmensa mayoría del pueblo cubano no desea regresar, pues sencillamente no se trata de retroceder sino de avanzar.

Es hora de desenmascarar sobre todo a esos falsos líderes, que en este medio siglo se han aferrado a medidas como el embargo y otras tantas, con el pretexto de acabar con el castrismo, pero logrando en realidad perpetuarlo, resultando a la larga sus mejores aliados en el exterior.

Basta de apoyarlos. Aunque sigan pregonando que desean cambios en Cuba, realmente lo que desean es que todo siga igual. Se acostumbraron a vivir del cuento, a beneficiarse de la existencia de una Cuba pobre y con un montón de males crecientes. No les conviene una Cuba mejor. Son como el castrismo, muy buenos para lograr lo contrario a lo que dicen proponerse.

¿Estás entre quienes piden que los demás cambien, pero no deseas también cambiar tú?

¿Eres de los que apoyan a las copias castristas del exilio disfrazadas de líderes anticastristas?

viernes, 12 de septiembre de 2008

A los cubanos nos une el deseo del cambio

Los cubanos estamos muy divididos.

Muchas personas no se explican cómo un régimen que ha llevado a nuestro país al desastre económico, sumergiendo cada vez más en la pobreza a casi todos sus habitantes, se haya podido mantener durante medio siglo en el poder, sin que el pueblo lo haya derrocado.

Quizás la respuesta principal esté precisamente en la profunda división entre los cubanos.

Ha resultado muy difícil hasta hoy ponernos de acuerdo.

Hasta en los comentarios a los blogs y webs se aprecia lo divididos que estamos.

Pero ¿es que somos incapaces de unirnos?

Si nos lo proponemos, claro que podemos.

Para ello tenemos que dar algunos pasos.

Primero percatarnos que sí hay algunas cosas en las que coincidimos. Por ejemplo, deseamos que en Cuba haya algún cambio. Aunque diferimos en cuanto a qué cambios, lo principal es que casi todos los cubanos deseamos algún cambio y ello puede constituir un punto de partida para lograr unirnos fuertemente.

Un segundo ejemplo relacionado con el anterior: nos une el deseo de cambiar a Cuba para mejorar. O sea, deseamos para Cuba algo mejor a lo actual. A pesar a nuestras diferencias en cuanto a qué es lo mejor para Cuba, sí coincidimos en que es necesario mejorar la situación actual.

Así, al menos tenemos dos puntos en que coincidimos si no todos, al menos casi todos los cubanos:

- Que Cuba cambie

- Que no sea un cambio para empeorar, sino para mejorar.

Y hasta los no cubanos interesados en la situación cubana, mayoritariamente coinciden con nosotros en ambos puntos.

Esto significa que sí podemos lograr un gran consenso, lo cual equivale a dar el primer paso importante para que de verdad se produzcan cambios en Cuba que lleven a una situación de nuestro país, mejor a la actual.

¿Estás entre quienes desean que Cuba cambie?

¿Eres de los que quieres algo mejor para Cuba?

viernes, 5 de septiembre de 2008

Ninguno de ellos es cubano

Hace poco se publicó la lista de los 20 jóvenes millonarios gracias a Internet, menores de 30 años. Ninguno de ellos es cubano.

El Vicepresidente cubano Carlos Lage Dávila en un conocido discurso en la ONU repitió muchas veces la frase que da título a este escrito, refiriéndose a males erradicados en Cuba y que aún se padecen en otros países pobres.

Es una táctica muy usada por el régimen esa de compararse con quienes están peor.

Pero para avanzar, necesitamos sobre todo mirar hacia quienes están mejor, cosa que evitan deliberadamente los representantes del poder en la Isla, como hacen con toda estadística desfavorable.

Reconocer la verdad, hacer del conocimiento de todos que el lugar ocupado cada año por la economía cubana en el listado mundial de países, no es mejor y ni siquiera igual al que teníamos en la década del 50, sino que gracias a este eterno “buen” gobierno “del pueblo”, Cuba cada vez desciende más, tanto a nivel global como continental. Ya se dice que somos la esperanza haitiana de dejar el sótano. Si no somos ya los últimos es por no haber sido los únicos con pésimos gobiernos en cuanto a la economía se refiere.

Claro, el no ocultar esta información pudiera llevar a, por fin, abrir bien los ojos a los cada vez menos cubanos y no cubanos, aún creyentes de la buena fé de ese Gobierno, aferrado al poder por ya medio siglo y, por tanto, a no apoyarlo e incluso, ponerle fin, como ocurrirá por necesidad histórica, tal y como la propia ideología marxista leninista afirma, en referencia a los regímenes caducos, obsoletos, ineptos, viejos, que frenan e impiden el progreso.

Hace medio siglo la juventud cubana hizo añicos una vieja sociedad incapaz de resolver la montaña de males sufridos por el pueblo. Hoy los jóvenes van despertando al fin y se van percatando de que les toca hacer lo mismo con este régimen cincuentón que en lugar de desarrollar al país, lo ha hundido cada vez más en la pobreza. Sobresalen las figuas de Yoani y Gorki, por citar los casos que han sido más noticiosos por estos días.

Vendrán nuevos tiempos y quizás no esté lejos el día en que algunos de los jóvenes nacidos en nuestra tierra, puedan también estar en listas como ésta recién dada a conocer y que inspiró el presente artículo.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Derrumbe olímpico

Ya no sólo se desploman los edificios habaneros luego de cinco décadas de abandono por falta de mantenimiento. Nos hemos acostumbrado tanto a ello que casi ni es noticia la caída de más y más inmuebles.

Pero acaba de producirse una debacle mucho más estrepitosa, pues con sólo dos medallas doradas Cuba tuvo en Beijín la peor actuación en las Olimpiadas de la época fidelista, ocupando el lugar 28.

A la discriminación del cubano ante el extranjero por nuestro propio Gobierno no escapan ni los deportistas. Se les priva de los derechos que tienen sus iguales de otros países:

- No se les permite disponer y disfrutar íntegramente de los premios que se ganan y son obligados a “donarlos” medida muy impopular desde el principio, pero como tantas otras, en larga lista de espera de los errores a ser rectificados y condenada a la perpetuidad, a engrosar las formas de doble moral, al tener que fingir que lo donan gustosamente, con tantas necesidades personales y familiares, de solución indefinida e involuntariamente postergada.

- Se les prohíbe jugar en las ligas profesionales de otros países, ya que en nuestra tierra natal están igualmente abolidas. La incapacidad inicial de ver tales competencias también como fuentes generadoras de riquezas para el pueblo y a la vez como fogueo ahorrador de recursos, tan necesarios para otras esferas, en una nación cargada de penurias, se transformó en tozudez perenne. Si cientos de jugadores de gran calidad pudieran competir libremente en otros países, gran parte de lo ganado regresaría como remesas y sería gastado en la propia Isla.

- En consecuencia, nuestros atletas, aunque brillen en olimpiadas, campeonatos mundiales y cuanta competencia importante participen, destrozando récords, por un lado se llenan de gloria y por otro de aire sus bolsillos, privados de derechos económicos por ya casi medio siglo.

Ello es debido a que el Quijote de este tiempo quiere seguir luchando contra los molinos de vientos equivocados. Pero sobretodo, no le permite al propio pueblo elejir contra cuáles desea realmente luchar y escoger a los que entienda como los más capaces para guiarlos.

Estos “Sabelotodo” sin duda sí han podido probar, al menos en materia económica, ser insuperables en eso de lograr que más y más países rebasen al nuestro en los principales indicadores de crecimiento y desarrollo económico.

Maletiquetando casi todo como “capitalista” en obsesiva fobia hiperbolizada a cuanto huela al “enemigo”, en lugar de generar abundante riqueza, han inundado el país de más y más pobreza.

Así hemos llegado a un régimen que, de tan pretendidamente diferente al capitalismo, se parece más al feudalismo, en especial en eso de poner todo tipo de trabas a la prosperidad económica del pueblo y al pleno desarrollo de su potencial generador de riquezas.

miércoles, 6 de agosto de 2008

¿Élite immune?

Una de las tantas cosas que en Cuba necesitan ser cambiadas es ese privilegio injustificado mediante el cual, la nueva clase explotadora que reemplazó a la burguesía, o sea, la burocracia estatal partidista - esa minoría que de manera estable se ha mantenido en el poder por ya casi media centuria -, no sólo explota al pueblo, sino que le prohíbe un sinnúmero de cuestiones, que se permite a sí misma, confirmándole con ello cada día a los cubanos la verdadera falta de justicia y de igualdad de derechos de la sociedad en que viven, muy lejos de ser el paradisíaco socialismo prometido y nunca cumplido.

Pretextos no han faltado. El favorito: proteger al pueblo del enemigo, de su propaganda, etc. etc. ¡Qué buenos son! ¡Cuánta nobleza! ¿Cuál es el extraño don de ellos para lograr ser inmunes a todo eso que al pueblo sí nos puede dañar?

Todavía recordamos cuando en las décadas del setenta o del ochenta el hablarle o escribirle a algún extranjero era un verdadero pecado ideológico, pues de seguro nos contagiarían con los males pequeño burgueses o como una especie de “virus”: el del diversionismo ideológico, contra el cual por lo visto los burócratas sí estaban vacunados.

Como con muchos otros asuntos, de la noche a la mañana, lo que era malo dejó de serlo. La mágica solución del desarrollo turístico, luego de más de treinta años de temor al contagio, se impuso como tabla de salvación nacional ante la catastrófica crisis económica rebautizada (¿o enmascarada?) con el nombre de período especial. Por cierto, ¿especial o sin fin? ¿Período? Ya está llegando al par de décadas.

La lista es extensa: películas, vídeos, revistas, emisoras y programas radiales y televisivos censurados, cuyo “veneno” no mata ni a los censores ni a quienes en calidad de funcionarios y directivos del gobierno pueden viajar o permanecer en el exterior o están autorizados a tener, ver, leer, escuchar y disfrutar todo cuanto según ellos perjudica al pueblo, pero no a esta élite engañosa y usurpadora.

Recientemente, los celulares, computadoras, ollas arroceras y otros artículos, dejaron de ser contaminantes o venenosos. Al parecer se comprobó científicamente que ninguno de los sacrificados burócratas - que tenían de todo eso y más -, enfermó gravemente por ello y al fin ya el pueblo los puede adquirir legalmente, de lograr acumular el dinero claro está.

Si Carlos Marx viviera seguro diría que los desproporcionados precios del altísimo impuesto de circulación, son el equivalente en este régimen del burocratismo (mal llamado socialismo) a la plusvalía en la sociedad capitalista.

Pero la absurda informatización de la sociedad cubana sin acceso a Internet parece que pudiera ser la gota que rebosa la copa. Los cubanos se están hartando de seguir siendo marginados por la élite. Comprueban como pan de cada día que un grupito sí está autorizado a acceder a Internet y la gran mayoría del pueblo no. (¿Y todavía hay quienes creen que el poder es del pueblo?)

Una vez más la riqueza generada por el conjunto de la sociedad sólo es disfrutada por una minoría injustificadamente privilegiada. ¿Hasta cuándo?

La “nueva” sociedad ¿socialista? que nunca se construyó, sino que en su lugar se edificó otra muy distinta, pero aún más injusta y explotadora sociedad burocrática, se está conviritendo en la “vieja” sociedad para la inmensa mayoría de los habitantes de la Isla, los cuales han nacido o se han criado en el último medio siglo.

Nada impedirá que lo viejo perezca y en su lugar, los cubanos erijan algo mucho mejor.

martes, 24 de junio de 2008

Empleo, desempleo, subempleo y mercado negro en la Cuba actual

¿En Cuba se logró eliminar el desempleo?

Cuando estudiaba en la universidad, nos decían que el socialismo garantizaba el pleno empleo, que hasta había escasa fuerza de trabajo, pues eran más las plazas vacantes que las personas disponibles para ocuparlas y que el desempleo era un mal inherente sólo a la “vieja” sociedad capitalista.

Poco a poco nos fuimos enterando, para sorpresa nuestra, que muchos países capitalistas lograban tener muy bajos índices de desempleo y hasta estimulaban la emigración de braceros.

Por el contrario, en las últimas dos décadas se palpaba claramente que en Cuba crecía sin cesar el número de personas que vivía mucho mejor sin trabajar o tener un empleo oficial, que quienes cumplíamos con nuestra jornada laboral semanal de 44 horas o aplicábamos la llamada consagración al trabajo.

Hasta surgió el término “pasmao”, con el cual nos llamaban a los pocos que persistíamos en no buscarnos algún ingreso extralaboral ilegal o semiilegal, sin el cual se tornó imposible sobrevivir en el llamado "período especial", desde la década del noventa hasta la actual, excepto para quienes reciben directa o indirectamente algún tipo de ayuda económica o remesa del exterior.

Probablemente si en Cuba se empleara únicamente a las personas que verdaderamente se necesitan, el país tendría uno de los más altos índices de desempleo del planeta.

No obstante, se ha recurrido a muchas formas de enmascarar este desastre.

Por un lado, se paga oficialmente un mísero salario mensual (menos de un dólar diario), colocando así el ingreso de los trabajadores cubanos a un nivel tan bajo como el de quienes viven en otros lugares en condiciones de extrema pobreza.

Por otro, el gobierno recoge todo el dinero que desee gracias el altísimo impuesto de circulación en la llamada red de recaudación de divisas y en casi todas las otras ofertas que, aunque son en moneda nacional, se rigen por precios equivalentes a los productos que se venden en pesos convertibles.

Estos dos factores permiten pagar esos bajos salarios a muchas más personas de las que se nececitan en los centros de trabajo, originándose así el llamado subempleo, el cual existe desde la década del sesenta y en vez de disminuir ha crecido.

Subempleados son esos cientos de miles de trabajadores que reciben un mísero salario, aunque apenas trabajan realmente, incluso ya sea que asistan o no a un centro laboral, pues también se ha recurrido a otros inventos como el de mandar a estudiar cursos a gente que en realidad no tiene trabajo alguno, aunque no aparezcan en las cifras oficiales de desempleo. Actualmente es el caso de cientos de miles que aparecían como empleados en la desmantelada industria azucarera.

Igualmente, la situación en Cuba obliga a los trabajadores a una doble actividad laboral: la oficial (mayoritariamente para el régimen) y la informal. Esta última es el trabajo ilegal por cuenta propia en el llamado mercado negro, en el cual participa de una u otra forma más del noventa porciento de la población, ya sea a tiempo completo o parcial, de manera temporal o permanente, directa o indirectamente.

En Cuba los ingresos extralaborales y extrasalariales, incluidas las remesas provenientes de los familiares y amistades que viven en el exterior, constituyen los ingresos principales de la gran mayoría de las familias cubanas y no los ingresos provenientes de los salarios en los empleos oficialmente reconocidos. Esto nos permite entender por qué a la gran mayoría de los cubanos y en especial a los más jóvenes, no les interesan los empleos ofrecidos por el Estado.

Los turistas se preguntan cómo los cubanos sobreviven, de dónde sacan el dinero para comprar lo que necesitan o a qué se debe que tantas personas puedan estar en la calle en los horarios en que debieran estar en sus puestos de trabajo.

Quizás lo dicho ayude a muchos visitantes, analistas y observadores a explicarse por qué en Cuba, con un índice tan bajo de desempleo oficial, hay tantos cientos de miles de personas con exceso de tiempo libre, deambulando por las calles.

También por qué pese a los salarios tan miserables que apenas permiten comprar los alimentos de una sola persona para diez días, la gente come, se viste, sigue procreando, etc.

Lo que sucede en Cuba es realmente muy difícil de comprender o explicar para quienes no viven en ella, no padecen sus grandes males o no conocen a fondo el sistema imperante en ella.

Si algo está cada vez más claro para los trabajadores en Cuba es que en estas cinco décadas de un régimen donde la dirigencia proclama que el poder es no de los burgueses ni de la burocracia, sino de los obreros y campesinos, libres de la explotación capitalista, el trabajar en lugar de llevar al pueblo a un bienestar cada vez mayor, los mantiene sumidos en una pobreza superior a la que sufren sus homólogos de los países capitalistas, al punto de que si pudiera, la clase obrera, el campesinado y el pueblo cubano en masa emigraría a donde el poder no sea de ellos, sino de los burgueses, o sea, prefieren la vilependiada explotación capitalista al supuesto poder proletario paradisíaco.

sábado, 7 de junio de 2008

Hospedarse o no

Hasta hace muy poco los cubanos no se podían alojar en los hoteles de su propio país.

Esta prohibición de Fidel Castro era muy impopular y fuera de la Isla se le consideraba uno de los elementos esenciales del llamado apartheid cubano, por cuanto establecía una discriminación según el origen nacional, al privilegiar sólo al extranjero con el derecho a hospedarse en casi todos los hoteles del país, al tiempo que privaba a los nativos de ese derecho.

Algunos medios de prensa, sobre todo miamenses, constantemente arremetían contra esta prohibición. Sin embargo, al ser derogada por el gobierno de Raúl Castro, esos mismos medios inicialmente dijeron que no había cambio alguno.

Está claro que una cosa es la prohibición de algo y otra la supresión de tal prohibición. De que ha ocurrido un cambio, hasta un ciego lo puede ver.

No obstante, si bien el problema anterior desapareció, dio lugar a un nuevo problema: la falta de oportunidades reales para ejercer tal derecho, pues el poder adquisitivo de la inmensa mayoría de los cubanos, les impide de facto, hospedarse.

El nuevo gobierno ha anunciado otras medidas tendentes a recuperar el papel del salario (cosa que no se prevé que será a corto plazo), pero debiera también desarrollar programas inmediatos que permitan una mayor variedad de precios hoteleros para situarlos al alcance de todos los bolsillos, no sólo con la construcción o reparación de habitaciones, sino un mayor uso de las disponibles en las temporadas de baja turística, a precios para los trabajadores, menores de los habituales.

La nueva interrogante ahora es ¿qué por ciento de la población cubana puede hospedarse en la actualidad en los hoteles que antes estaban reservados exclusivamente para extranjeros?

Ojalá el gobierno del exsegundo en todo, tome medidas para garantizar que no sólo crezca el turismo foráneo sino también el nacional y que no sean solamente los mismos o una élite, sino que sea de verdad un derecho al alcance de una cantidad de personas cada vez mayor.

lunes, 26 de mayo de 2008

Voluntad popular

El Presidente de Cuba no es electo directamente por el voto popular, según las leyes vigentes. ¿Por qué?

Resulta contradictorio afirmar que alguien se mantiene en el poder porque el pueblo así lo quiere, utilizando otros argumentos como actos masivos en plazas, marchas, etc. y sin embargo, negándose rotunda y reiteradamente a darle el derecho a votar libremente a ese mismo pueblo que llena las plazas, supuestamente porque lo apoya, para decidir con el voto libre, directo y secreto, si de verdad quiere o no que el Presidente continúe en el cargo, por tantos períodos presidenciales como el pueblo desee.

Incluso, en estos casi cincuenta años la boleta pudo tener hasta un único candidato y una sola pregunta con dos respuestas: ¿Deseas que Fidel Castro continúe como Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros? Sí o No. (Lo dicho es aplicable en la actualidad para el sucesor).

La conclusión entonces es que dicho Presidente no estuvo realmente convencido de que gozó, goza y gozará siempre de la aceptación popular. Temía y teme que el resultado en las urnas le sacara de la silla presidencial. Peor aún, que quien la ocupara no fuese tan benevolente con los errores cometidos, independientemente de si hay o no un único partido político.

No obstante, todavía hay quienes creen o fingen creer que quien esté de Presidente en Cuba, aunque no sea por el voto popular, cuenta con el pueblo a su favor. Y si unos argumentos no funcionan ante oídos más favorablemente receptivos, pues se añaden otros, menos el de probar en las urnas tantas veces como sea menester, que es cierto ese apoyo popular.

¿O es que medio siglo y tantos logros en la educación, no han capacitado lo suficientemente bien al pueblo cubano, como para saber escoger adecuadamente quién debe ser su Presidente?

¿Estará la instauración del voto libre, directo y secreto para elegir al Presidente entre los cambios que pondrá en vigor el sucesor?

Con la elección presidencial directa, no es ni la Patria, ni la Revolución, ni el Socialismo quienes habrían estado o estarían en peligro, como se ha tratado de hacer creer al pueblo, sino la permanencia o no en un cargo de alguien que se decía marxista, pero no tuvo nunca en casi medio siglo, la intención de cumplir lo dicho por Carlos Marx respecto a la Comuna de París, como primera experiencia socialista en el poder, en cuanto a que todo dirigente debía ser electo por el pueblo, que también podría revocarlo en cualquier momento y que además, no se le podía permitir continuar ocupando cargos de manera consecutiva, sino que tenía que regresar a su puesto de origen como obrero, campesino, profesional, etc. para evitar así el surgimiento de una nueva clase explotadora, que se perpetuara en el poder.

¿Amnesia, ignorancia o deliberada omisión de este preciado legado marxista?

domingo, 25 de mayo de 2008

¿Fidel o Raúl?

En muy pocos meses, Raúl Castro ha derogado un montón de medidas muy impopulares en Cuba y las ha sustituido por otras que implican alguna mejora, respecto a las precedentes.

Si los cubanos que viven en la Isla pudieran votar al respecto, sería interesante conocer cuántos siguen apoyando el estado de cosas mantenido por el, según se dice, moribundo expresidente y los ligeros cambios llevados a cabo por su sucesor.

sábado, 24 de mayo de 2008

¿Sin EMBARGO?

El embargo (según USA) o bloqueo (como se le dice oficialmente en Cuba) es una añeja medida (próxima al medio siglo de existencia) muy polémica.

Para el Gobierno local, es el máximo responsable del fracaso de cuanta cosa no sale bien, aunque no pocos se preguntan qué tal les saldrían sin el bloqueo.

Para el Gobierno de USA, la mejor arma para restablecer una democracia occidental, pese a que quizás nunca otra arma haya demostrado tanta ineficacia en lograr la meta para la que ha sido destinada.

Para los líderes del exilio “histórico” miamense da lo mismo usarlo contra Fidel que contra Raúl o contra quien venga después, con tal de que no se acabe nunca el conflicto del que han vivido tanto tiempo.

Para los millones de cubanos que padecen sus consecuencias y que tienen que seguir viviendo en la Isla les guste o no, es como una cadena perpetua a la que otros le han condenado por el simple hecho de no haber tenido más remedio que seguir vivo y en Cuba.

Para los también millones que lograron irse de Cuba, o que son descendientes o parientes o simplemente amigos de algún cubano, es algo de lo que, en la sociedad “libre”, ni ellos logran librarse, causándoles no pocos inconvenientes.

La ONU lo condena una y otra vez y, sin embargo, ahí sigue.

¿Cuántos millones se murieron sin ver el fin del embargo? ¿Cuántos más morirán?

¿Cuántos millones aún podrán llegar a ver una Cuba SIN EMBARGO?

viernes, 23 de mayo de 2008

Pies ¿mojados?

Informa la prensa que crece el número de cubanos intentando llegar a USA por mar y también el de quienes son devueltos por, como diría un famoso humorista: no coger una tohalla y secarse los pies.

Esos cubanos arriesagan sus vidas con tal de no continuar en su país, porque al régimen imperante allí por casi medio siglo obviamente lo detestan, al punto de preferir morir a seguir viviendo en tal estado de cosas.

También es de sobras conocida la actitud mantenida por quienes han gobernado la Isla respecto a quienes se le oponen, desafían o simplemente no simpatizan con ellos.

Entonces, ¿por qué aceptar a los pies “secos” y no a los “mojados”?

Se sabe incluso que un alto porciento de quienes son devueltos, otra vez lo intentan. Si ya antes se salvaron, aunque para seguir en lo que para ellos es el infierno, ¿quién garantiza que en la próxima no perezcan en el intento?

jueves, 22 de mayo de 2008

Emigrar

Mientras la población de Cuba decrece, la cantidad de cubanos viviendo en otros países aumenta sin cesar.

En el último medio siglo la Mayor de las Antillas pasó de gran receptora de inmigrantes a gran fuente de emigrantes.

Para muchos cubanos resulta un verdadero infierno el paraíso terrenal que otros cubanos se han ufanado en construir, sin importar el sacrificio de cuántas generaciones se requiera para lograr tal empeño.

Salir del país se ha convertido como en una obsesión. Por cualquier vía. Incluso, arriesgando en el mar la propia vida y la de sus seres queridos.

Desde dentro se culpa a los de afuera. Desde afuera se culpa a los de adentro. Pero sean cualesquiera las razones, causas y responsabilidades, la cuestión es que crece y crece el deseo de emigrar, la frustración por no conseguirlo y no se garantiza el derecho de todas esas personas a vivir en el lugar del mundo donde escojan para rehacer su vida.

lunes, 12 de mayo de 2008

Viajar o no viajar

En las últimas cinco décadas los viajes se volvieron una obsesión para la mayoría de los cubanos.

Millones de quienes viven en el territorio de la República de Cuba anhelan conocer o irse a vivir a otro país y esto se ha convertido en tema diario de las conversaciones entre familiares, amigos, vecinos, colegas, compañeros de estudio o de trabajo. Es una de sus principales expectativas de cambios. Es un sueño acariciado largamente.

Unos quizás más motivados por razones económicas. Otros se sienten asfixiados por el sistema político imperante. Pero en casi todos se da una mezcla de factores tanto de carácter político como económico.

Sin embargo sigue siendo muy alto el porciento de quienes no han podido poner un pie fuera.
Y es sólo un minúsculo grupo el que puede darse el lujo de viajar frecuentemente, como regla por motivos oficiales dadas sus funciones en el Gobierno.

Las leyes vigentes durante casi medio siglo, en la práctica cotidiana impiden a los cubanos salir y entrar libremente de su país.

Pero alrededor de dos millones de cubanos o sus descendientes viven fuera de la Isla y la mayor parte de ellos tienen familiares y amigos a quienes añoran volver a ver o simplemente quieren visitar la tierra natal de sus padres o el país que muchos abandonaron siendo muy pequeños y que sólo conocen de oídas o en imágenes de Internet, televisión, cine, vídeos y fotos familiares.

Pero ni quienes se consideran a sí mismos "exilados" en tierras de "libertad" pueden viajar a su antojo a la Perla del Caribe. Son trabas impuestas por los Gobiernos de USA y Cuba.

Estos problemas afectan hasta a los no cubanos con leyes que impiden o dificultan la libertad de visitar esa tierra paradisíaca por sus bellezas naturales.

Unos enarbolando las banderas de lucha por un futuro mejor y otros las de la democracia, el asunto es que con inumerables pretextos nos han privado de nuestro derecho a movernos libremente de un país a otro.

Los resultados de sondeos de opinión sobre este asunto, los iremos presentando en este blog.

Es hora de hacer valer el criterio de la mayoría: la total libertad para viajar desde y hacia Cuba.

Dentro y fuera de Cuba

Lo más importante de la opinón sobre Cuba, dentro y fuera del país, expresadas por los cubanos y no cubanos. Incluye exposición breve y frecuente de resultados de algunas investigaciones científicas sobre temas de gran interés respecto a Cuba, los cubanos y cubanas, así como de quienes aunque no son de esa nacionalidad, tienen estrechos vínculos con la Mayor de las Antillas.

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