domingo, 25 de septiembre de 2011

La oposición en Cuba: ¿minoría o mayoría? (1)

En muchos países la oposición puede demostrar fácilmente si es apoyada por la mayoría del pueblo o no.

Simplemente en las elecciones el voto inclina la balanza.

Pero en Cuba al pueblo no se le permite mediante el voto decidir si desea o no la permanencia del Presidente en el poder.

Tampoco que otro partido que no sea el comunista, gobierne.

Así y todo, el régimen pretende convencer que hay democracia, elecciones (que no eligen lo principal, ni cambian nada importante).

Ya hemos dicho antes que la mejor prueba de que el régimen cubano sabe que no goza del apoyo mayoritario de la población, es el no permitir que el pueblo decida mediante el voto libre, secreto y directo, cada 5 años, quién ha de ser el presidente.

De haberlo permitido, ni Fidel se hubiese mantenido tanto tiempo en los máximos cargos, ni Raúl sería Presidente. Y de haber resultado electos en algún momento, no hubieran sido reelectos indefinidamente como se ha acostumbrado en la "dedocracia" cubana.

Tanto el régimen como sus simpatizantes en otros lares y quienes se dejan influir por su propaganda manipuladora de la verdad, han procurado presentar como pruebas del "apoyo popular" por ejemplo, las grandes marchas o concentraciones en plazas.

Muchas personas que ignoran la realidad cubana, que no la han padecido ni vivido de cerca o que emigraron hace muchos años, se tragan tal embuste.

Hasta la TV y la prensa internacional, lo que difunde son las imágenes con estas multitudes y en las mentes de muchos queda grabado que sí les apoyan, o sea, hasta sin quererlo, cooperan con la dictadura en eso de dejar en la mente de muchos el mensaje manipulador pretendido.

Pero hay otras imágenes que pudieran probar lo contrario.

Quienes asisten a tales marchas o concentraciones en plazas, no como uno más del rebaño, sino con ojo crítico, pueden apreciar, desde dentro, algo muy distinto:

- Son decenas de miles quienes no prestan atención alguna a lo dicho por lo oradores (incluso cuando quien hablaba era Fidel), sino que dedican casi todo ese tiempo a conversar, a esperar pacientemente que el "show político mediático" termine.

- Muchas caras no esconden su disgusto, cansancio, aburrimiento, apatía y otras diversas reacciones, no precisamente típicas de apoyo o entusiasmo.

- Momento significativo, es cuando esos mismos aburridos o disgustados, muestran una repentina inmensa alegría... al llegar a su fin el acto en la plaza, no ocultando en lo más mínimo su contentura por poderse ir por fin a sus casas y salir de aquella farsa.

- Otras decenas de miles simplemente se van retirando antes de tiempo, gran parte sin llegar incluso a la plaza o a la parte final de la marcha. Sólo hicieron acto de presencia, para dejar constancia de que "asistieron", y así no los boten del trabajo, ni los acosen en el CDR.

- Cifras similares, simplemente se quedan en sus casas y, al menos en los últimos años que viví en La Habana, incluso se ven en las calles las grandes cantidades de personas que no están en ese instante en el lugar donde el régimen les pidió estar.

Pero a estas evidencias de que no hay tal apoyo masivo, aún los medios no les prestan la debida atención e importancia.

Cosa que ojalá comiencen a hacer quienes, mediante videos con celulares y cámaras fotográficas, están divulgando la otra realidad que, ni el propio régimen, ni las poderosas cadenas de la información, han querido o procurado difundir.

Varios exiliados y "turistas" cuando han ido a Cuba, han conseguido grabar evidencias del fracaso del régimen y de la pérdida de apoyo, dándolas a conocer en la propia TV o en Internet y las redes sociales.

(continuará)

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