domingo, 26 de diciembre de 2010

En Cuba: ¿Partido Socialista de la Mayoría del Pueblo?

Al régimen existente en Cuba hay que vencerlo usando la inteligencia y la creatividad. Incluyendo sus propias "armas" de este tipo.
No sería una victoria inmediata, ni violenta, sino ir dando pasos firmes de avance hasta su derrota total, incluso en las propias urnas, en esa farsa electoral en la que tal parece que todo lo diseñaron como para que nadie los pueda quitar.
Muchas personas ni siquiera se leerán este artículo al ver la palabra socialista. Su anticomunismo les ciega.
Otros sí se lo leerán, pero sin intención alguna de reflexionar, meditar sobre lo dicho en él y menos aún de contribuir a lograr lo aquí expresado. Simplemente no les conviene a sus verdaderos intereses. Sabemos que están quienes dicen que desean cambios en Cuba, pero actúan en realidad para impedir o favorecer que nada cambie allá. Algunos hasta se dispondrán gustosos a atacar los aspectos principales aquí dichos, como buenos instrumentos de la hasta hoy fructífera política de divide y vencerás, de tan excelentes resultados para el castrismo, encantados de servirles de dócil instrumento, por mucho que digan lo contrario.
Pero la mayoría de los cubanos, sí deseamos cambios en Cuba. Si has llegado en la lectura hasta aquí, quizás seas uno de nosotros y te ocuparás de que otros también lo lean y mediten en que sí hay esperanzas y "armas" que podemos usar, dondequiera que estemos.
La mayoría de nuestro pueblo no es militante del Partido Comunista de Cuba (PCC) ni de algún otro. Como se sabe, el PCC es un partido de una minoría y el resto lo son de "cuatro gatos".
Los intentos de crear otros partidos en Cuba, tienen el gran defecto, de ser minipartidos. Cada uno tirando para su lado y sin lograr ninguno aglutinar a muchas personas.
Además, por lo general, su enfrentamiento al régimen es tan abierto, que casi nadie se les suma ni apoya, ante la fuerte represión de todo tipo que el régimen usa contra ellos.
La verdad es que son "partidos" diseñados más según el fracasado modelo de ideólogos miamenses (quienes ya ni saben cómo es Cuba), que una verdadera alternativa popular de cambio.
Son partidos para el show publicitario, mediático, para que las cámaras de la TV y los columnistas de los periódicos tengan "noticias" que reportar en los espacios reservados para ello, pero no se vislumbra con esto cambio importante alguno.
Se requiere de un partido que guíe de veras al pueblo cubano a la toma pacífica del poder, de ese poder que le pertenece al pueblo, pero que en realidad no es suyo; de ese poder que incluso la Constitución "Socialista" vigente le otorga al pueblo, pero que el régimen actual le usurpa.
Para que el pueblo cubano pueda ejercer de verdad el poder, necesita unirse. Ese montón de partidos "lucha" en sentido contrario: en la práctica dividen más a los cubanos, cada uno tirando por su lado y picoteando la escasa oposición visible, pero incapaces de liderar a la mayoritaria oposición al régimen, invisible, esa que día a día está harta de pasar calamidades, descontenta, frustrada, quejosa; esa gran masa del pueblo que se siente engañada, sin esperanzas, sin futuro, sin voz, sin un genuino líder, capaz de guiarla por fin a la salida de este largo y oscuro túnel.
No estoy proponiendo suprimirlos, pero es posible un Partido de la Mayoría del Pueblo cubano, el cual ni incluya a los del PCC, ni se contamine tampoco con estos otros "partidos" faranduleros.
Por eso es que hasta en la denominación del Partido debe figurar que es de la "mayoría del pueblo" y lograr serlo con el aumento gradual de sus simpatizantes o adeptos y con los resultados que vaya logrando, de modo silencioso, pero creciente y constante.
Quizás no sea menester que tenga muchos "miembros" (el no tener miembros o no saberse quienes son, le dificultaría al régimen reprimirlos). Sobre todo, lo que si ha de tener es mucho respaldo, especialmente en las urnas.
Un partido capaz de aglutinar a todos o casi todos los que no sean militantes del PCC. Por tanto, un partido con muchos más simpatizantes que el PCC y que por ello sus candidatos (no militantes del PCC) puedan lograr mucho más votos, desde las elecciones de los delegados del Poder Popular, que los logrados por los candidatos del PCC. Un partido que logre que la mayoría del pueblo, por fin, mande.
Imagínate por un momento, que en esas mismas elecciones se llegara algún día a resultados tales que la inmensa mayoría de los cubanos con derecho al voto eligieran como Delegados a cubanos que no fuesen militantes del PCC, o sea, a otros candidatos no militantes, favorecidos por el voto tal y como les convocara este partido alternativo de la "Mayoría del Pueblo". Sería un gran golpe al régimen, una demostración de fuerza y sabiduría popular.
Esa masa que parece impotente, usando los mecanismos ideados por el mismo régimen, lo derrotaría en las urnas de manera aplastante. Parece un sueño, pero es posible convertirlo en realidad, si muchos nos lo proponemos, cada vez más.
El que esto se comenzase a lograr en algunas circunscripciones, serían pasos importantes.
Un triunfo en todo el país, sería definitorio y es cosa que sí se pudiera lograr en pocos años, si no todos, pero al menos la mayoría nos lo propusiésemos.
La "consigna" electoral pudiera ser tan simple como "votar sí, pero no por ningún militante del PCC" y el que salgan electos cada vez menos militantes como Delegados, sería la mejor prueba del avance y fortalecimiento de este Partido de la Mayoría del Pueblo en todas partes de la Isla.
La "emisora" idónea de este Partido sería Radio "Bemba", o sea, de voz en voz, de persona a persona, así como acostumbra el pueblo a difundir todo lo que el régimen calla, oculta, o las cosas que desea o espera y que en muy pocos días es capaz de llegar a todo rincón del país: "¿Te enteraste?..." y la nolticia vuela, con más receptores y propagadores que la novela de mayor teleaudiencia.
Algo así como: "Esta vez sí vamos a ganar. Nadie va a votar por los del PCC". Y el resultado en las urnas sería un contundente referendo.
No es persistir con los fracasados llamados a no votar, a la abstención, de esos que no tienen ni la más remota idea de cómo son las cosas en Cuba, pues no votar significa ser blanco inmedito de la represión del régimen por las distintas vías que usa para elllo en la cuadra, en el trabajo o escuela, etc.
Es mejor votar. Lo que no votar por los del PCC, sino simplemente por los no militantes. Que cada vez sean menos los del PCC electos. Esto le daría a las masas la confianza de que "sí se puede" cambiar aquello, derrotar al régimen.
Y no creamos que el castrismo se cruzará de brazos. Si tuviesen que reformar el sistema electoral lo harían, con tal de intentar no perder el poder, pero la respuesta sabia sería hallar la nueva manera de vencerlos.

¿Socialista?

Darle la denominación de socialista a dicho partido es primordial.
Y este es el punto que quizás levante más ronchas, especialmente por el anticomunismo miamense, el cual afortunadamente no ha logrado calar en la mayoría de las nuevas generaciones. Como es sabido, para estos extremistas todo lo que huela a izquierda, socialdemocracia, socialista, etc. es satanizado.
Sin embargo es muy conveniente e inteligente ese apellido socialista.
Hasta internacionalmente hay muchos países capitalistas gobernados por partidos socialistas, socialdemócratas, de izquierda o centroizquierda. Hasta en USA se considera al Partido Demócrata como de "izquierda", respecto al más derechista Republicano. Esto podría favorecer el apoyo y simpatía internacional. En general, las fuerzas de centro y de izquierda del mundo entero lo podrían apoyar, incluidas USA, Europa, Latinoamérica y China, como nueva superpotencia económica.
Pero principalmente, la denominación Socialista, le daría a este Partido Socialista de la Mayoría del Pueblo (PSMP) cubano la constitucionalidad indispensable, el derecho legal amparado en la Constitución vigente y la posibilidad real de incluso lograr algún día poder convocar al pueblo para reformarla o reemplazarla por una mejor.
Es valioso para la pacífica lucha interna contra el régimen actual, explotador, usurpador, farsante, dictatorial, despótico, antidemocrático, pseudosocialista.
Es al pueblo cubano a quien le corresponderá decidir, una vez derrotado el régimen, si desea o no el socialismo, el capitalismo, el burocratismo explotador actual u otro régimen.
Pero en esta etapa, lo más inteligente es que sea un partido con denominación socialista, quien encabece la lucha pacífica, que lleve de una vez a la derrota del régimen, enarbolando las banderas de cambio, recogiendo el sentir del pueblo, su descontento, proponiéndose modificar todo aquello que el pueblo detesta, como los impedimentos para poder viajar al exterior, para poder mejorar la vida dentro de Cuba, poder comprarse o construir cada cual su casa, tener su carro, poder alojar a turistas en sus casas sin ser reprimidos por ello, eliminar los absurdos impuestos a los cuentapropistas y establecer un régimen tributario justo, acabar de una vez con la miseria, el hambre, la pobreza, la escasés de alimentos, los privilegios de los hombres "corcho", la discriminación política e ideológica, la falta de libertad y de democracia y todo tipo de trabas, impedimentos, prohibiciones absurdas. En fin, comenzar a avanzar de verdad hacia un futuro mejor para todo el pueblo cubano. Se llame o no "socialista", lo importante es que sea mejor de verdad.
Si el pueblo, una vez conquistado el poder, desea cambiarle de nombre al PSMP, ya lo hará.

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viernes, 24 de diciembre de 2010

Cuba y el único partido: ¿mayor unidad o más división?

La realidad ha probado la inconsistencia del absurdo y reiterado argumento de que la existencia de un único partido garantiza la unidad del pueblo cubano.
Tal unidad es completamente falsa.
No sólo porque la gran mayoría del pueblo no pertenece a ese "único" partido, quedando discriminada, marginada de la posibilidad de pertenecer a él y teniendo prohibido integrarse a otro. O sea, la mayoría no tiene un derecho que sólo es para una minoría, que repite el embuste de ser la "vanguardia", "dirigente", del "pueblo".
De facto, el PCC significa décadas de profunda división entre una minoría que sí son "militantes" y una mayoría excluida de serlo, que se siente discriminada, despreciada, sometida.
Esta errónea concepción sobre quiénes sí y quiénes no pueden pertenecer a ese partido único, nunca ha sido analizada y no se puede proponer que sea rectificada, so pena de ser considerado al instante "enemigo".
La cúpula explotadora dominante siempre ha visto el multipartidismo y hasta algo más limitado como un bipartismo "socialista", como el peligro de la pérdida del poder, si al pueblo se le diese periódicamente la posibilidad de votar y con ello decidir qué candidatos de cuál partido son quienes detentarían el poder de la nación.
Tal bipartismo "socialista" sería similar a USA, donde el bipartidismo lo que tiene de distinto es ser capitalista, sin dar cabida a lo opuesto y si acá casi nadie se cuestiona tal cosa, por qué habría de criticarse un bipartidismo a lo cubano.
Como se sabe, la farsa de "elecciones" impuesta no permite ningún cambio esencial y se limita a "elegir" lo que ya está electo mediante la dedocracia castrista.
Si el pueblo tuviese de verdad el poder, sería el propio pueblo quien decidiría a qué partidos pertenecer y nadie tendría que decretar si es uno, dos o más.
El fraccionamiento político de la sociedad cubana actual es cada vez mayor. Proliferan los minipartidos. Quizás si se les permitiese a los cubanos agruparse libremente en partidos, surgirían decenas y cientos.
Cuando al PCC se le retiren sus privilegios, cosa que afortunadamente algún día sucederá, incluso aunque quienes hoy estamos vivos no podamos llegar a verlo, su membresía disminuirá drásticamente, si no es que llega hasta a desaparecer, por falta de personas que quieran agruparse bajo tal denominación, de tanto disgusto acumulado, de gran injusticia prolongada por demasiado tiempo, cuando cosas como las dicha aquí puedan ser escuchadas, leídas, discutidas, etc. por cualquiera en Cuba.
Espero que nunca se llegue a hacer realidad, el revanchismo de la contraparte castrista asentada en Miami, esos que dicen querer acabar cuanto antes con el régimen, pero que en realidad son quienes más lo apoyan desde acá en eso de prolongarse, alimentando temores como el de masacres contra quienes fueron miembros del PCC en una Cuba post Castro, cosa que obviamente contribuye a que los militantes y sus familias no deseen que el régimen termine, pues ¿quién desea que le maten a algún familiar o vecino o conocido porque acá en Miami unos potenciales asesinos en serie, vivan del negocio de las amenazas anticastristas y anticomunistas?
Ahora que Raúl vuelve a llamar a la rectificación: ¿enmendarán esto? O quizás el venidero Congreso del PCC sólo traiga mucho ruido y pocas nueces.

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jueves, 23 de diciembre de 2010

El Partido Comunista de Cuba: ¿Instrumento de dominación?

Por mucho que se le disfrace, en realidad es un partido elitista y sin apoyo popular.
No representa los verdaderos intereses del pueblo, sino de la clase dominante y explotadora en el último medio siglo: la burocracia estatal y partidista "socialista".
Con el cuento de que a él sólo deben pertencer los mejores, el PCC ha devenido en un mecanismo de discriminación, privilegios, instrumento de sometimiento de la mayoría a la minoría, del pueblo a los "militantes" y de todos a los "dirigentes" hasta el máximo nivel, único cargo (por cierto el más importante según la Constitución "Socialista") que todavía conserva el ya no moribundo supremo líder, supongo que no por casualidad aún aferrado a él, aunque en la práctica estuvo mucho tiempo sin poderlo apenas ejercer, como una prueba más de que el pueblo, aunque quisiera, no lo ha podido "destronar".
Decir esto significa ser considerado "enemigo". Claro, en la interminable "construcción" de una sociedad supuestamente mejor (cosa que está muy lejos de demostrar), la cual no admite las críticas que a su vitalicio máximo líder, no le convienen.
¿Cuántos cubanos que han descollado, con las mejores cualidades, con excelentes resultados han visto como otros, que no son tan buenos, ni tan brillantes, ni tan honestos u honrados, ni tan fieles, ni tan cumplidores de la ley y todo un largo etcétera, pero que ya están en la "vanguardia" (sin merecerlo de acuerdo a estos mismos criterios selectivos, pero están y perduran pese a todo), deciden excluirle del alto "honor" de pertenecer al PCC y por tanto, con ello, de acceder a determinados cargos, echando mano a cualquier ardid tan banal e inadmisible, como tener algún pariente desafecto (¿acaso se está analizando darle la membresía al pariente?) o tener un amigo que se sospecha (sin pruebas) que pudiera ser gay, o creer en Dios o en los santos y un montón de ejemplos más por el estilo, mediante los cuales se han valido los que ya están en la "vanguardia", para decidir que sean sus compinches y no otros, quienes de veras entren.
Aunque luego, sobre todo en los noventas, ante la pérdida total de interés de la población en pertenecer a ese engendro, le hayan abierto las puertas a los creyentes u homosexulaes, por mencionar algunas "rectificaciones", durante décadas estuvieron haciendo mucho daño en otros, discriminándolos, despreciándolos, obrando con total injusticia.
Esto por supuesto que genera división, disgusto, malestar, falta de credibilidad, discordias, resentimientos, dolor, impotencia y un sinnúmero de sentimientos y actitudes negativas: "divide y vencerás". Y el pueblo cubano quizás sea uno de los más divididos del planeta.
Aunque las masas elijan a alguien como ejemplar, argumentando que sí debiera ser procesado como militante, por tener constantemente mejores resultados y cualidades que quienes ya lo son, esta minoría se otorga el derecho de imponerle a las masas lo que le da la gana, creyendo que con infundios, explicaciones inconsistentes o simplemente sin argumentar nada, las masas les van a seguir considerando por siempre la "vanguardia".
Claro que no todos los "militantes" carecen de prestigio, ni forman parte de la élite. A ésta pertenecen sobre todo los dirigentes, a nivel nacional, provincial y municipal, quienes van copando todo puesto de alguna importancia y poder, dejando siempre alguno no tan relevante para los "no militantes".
O sea, la mayoría de puestos, para una minoría de "militantes"; y la minoría de puestos para una mayoría del pueblo "no militante". Esto es lo que entienden por justicia, igualdad de oportunidades, sociedad mejor, etc. estos sinvergüenzas, mentirosos, engañabobos.
O nos van a hacer creer que no se han percatado de tal cosa. ¿La rectificarán?
La esencia de la farsa antidemocrática y nada socialista, ni ocho cuartos, de ese régimen, está en uno de sus postulados supremos que no pretenden de veras rectificar, aunque tal vez sí traten de volver a enmascarar con otra capa de pintura o de maquillaje: el PCC es quien manda, a todos los niveles, aunque ahora se diga que el Gobierno es quien ha de gobernar.
Por cierto, un gobierno que tampoco es electo por el voto popular.
El PCC es el instrumento supremo de dominación, explotación, sometimiento de las masas en Cuba. Incluso dentro del mismo, es el instrumento de sometimiento de la mayoría de la militancia a esa minoría que en 5 décadas se ha autorreelegido y perpetuado. ¿Lo van a rectificar? Lo dudo.


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martes, 21 de diciembre de 2010

En Cuba, el enriquecimiento: ¿Legal o ilícito?

Para el régimen cubano, uno de los principales "derechos humanos" reales del pueblo, que sí garantiza hasta sin proponérselo, es el derecho a ser cada vez más pobre.
Aunque para Marx o Engels el socialismo significaba abundancia, satisfacción plena de las necesidades, la versión pseudosocialista tropicalizada del "máximo líder" degeneró en la satanización de la riqueza, cuando del pueblo se trata (no de la élite o de los extranjeros en las últimas décadas).
En la "batalla" contra el "enriquecimiento ilícito" se ha logrado la "victoria" de que el pueblo sea pobrísimo. A decir verdad, en Cuba la gran mayoría vive en la miseria, los índices reales serían de extrema pobreza para el 90% de la población, si se midieran con los indicadores usados en otros países.
Antes del 59 la economía cubana era una de las cinco primeras del hemisferio y hoy es una de las últimas. El producto interno bruto por habitante era superior al de varios de los países desarrollados actuales.
Pero, ¿qué tan ilícito es enriquecerse en Cuba?
Para las compañías extranjeras de la nueva economía mixta, es del todo legal obtener cada vez máz riquezas, gracias a sus negocios en Cuba, cosa que le es del todo prohibido a los habitantes del país, siendo uno de los rasgos principales de lo que se conoce como apartheid cubano.
Para la élíte es medio lícito enriquecerse. Mientras "no caigan en desgracia" pueden vivir como ricachos, tener mansiones, autos, viajes y vacaciones al extranjero y a los mejores destinos turísticos del país... En fin, no carecen de nada (quizás sí un poco, de la vergüenza que les debiera dar, mantener engañado así al pueblo con tal farsa).
En procesos televisados a todo el país como los de Landy u Ochoa, la mayoritaria gente humilde se enteró de sopetón, que estos otros "esclavos" del pueblo (como al Comandante en Jefe le agradaba autodefinirse en entrevistas a la prensa extranjera y hacerlo extensivo a sus compinches) no vivían como uno más, en la ilusa nueva sociedad igualitaria que creían construir (obra fuerte candidata a récord Guines en la categoría de lo que sigue eternamente iniciándose, pero sin avanzarse un tanto en ella) sino que tenían enormes cuentas bancarias en moneda nacional y en divisas, incluso en el exterior. En fin, la buena vida que se da la alta burocracia explotadora y dominante, que de veras se ha adueñado del poder en Cuba y que maneja el país a su antojo, cual si fuese su finca.
Por supuesto que todo esto es con el conocimiento, tolerancia, consentimiento de la cúspide y no exclusivo o excepcional de los defenestrados, sino el "modus vivendi" de este otro tipo de "ricos" "socialistas" made in Cuba.
Pero se acosa y acusa de enriquecimento ilícito o al menos se corre el riesgo de ello, si algún otro cubano no se conforma con el mísero salario mensual, que se agota con las compras de un día.
Para subsistir malamente el resto del tiempo, sigue siendo una masiva obligación la de tener una jornada extralaboral semilegal, en el mercado negro, en la compraventa de todo tipo de mercancías de "dudosa" procedencia, por cuanto de otra manera la población casi completa hubiese perecido gradualmente de hambruna.
(Excelentes narraciones testimoniales de escritores cubanos pueden leerse en Internet, como una que disfruté reciente de un coterráneo camagüeyano avileño).
Y la policía espera a que la futura víctima de la "justicia" (mejor sería llamarla por lo que es de verdad: injusticia) "acumule" algún dinerito o mercancías o algunos bienes, para decomisarlos (tradúzcase robárselos conforme a las injustas leyes "aprobadas" en Cuba) al "infractor" de esa absurda legislación, que obliga a actuar a todos ilegalmente, convirtiendo en un imposible el vivir honradamente. Estos "ricos" cubanos, serían considerados pobres en la mayoría de los países del mundo. Pero el extremo al que ha llegado Cuba, lleva a creer que ya por ser un poquito menos pobre que otros, se es por tanto, "rico".
Mientras en China (el líder de lo poco que queda de "socialismo") desde los 80 se practica una política favorecedora de que cada habitante sea cada vez más rico, en Cuba ha sido a la inversa en la última media centuria. Y el resultado está claro: China a punto de convertirse ya en la segunda mayor economía del planeta y Cuba encaminada a destronar a Haití como la nación más pobre del hemisferio occidental.
Este largo proceso comenzó contra los corruptos batistianos, pero se fue extendiendo contra los capitalistas norteamericanos; luego a los de cualquier país, incluyendo los criollos; comenzando por los más ricos, pero propagándose después contra la media y pequeña burguesía; continuando contra los merolicos y "macetas"; hasta las últimas "batallas" contra los cuentapropistas, posteriores a los momentos más críticos del "período especial".
¿Estas recientes medidas raulistas de nueva masificación del cuentapropismo y "rectificación", serán el principio del fin de las tantas "batallas" contra el "enriquecimiento", cuyo resultado real y comprobable ha sido mayor pobreza para el pueblo?
Ojalá de veras Cuba inicie por fin un camino de ascenso, de bonanza económica, no sólo a nivel de cifras infladas como globos y macroeconómicas, sino sobre todo, en la economía familiar e individual de cada habitante de la otrora Perla de las Antillas.

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