¿Por qué el pueblo cubano ha tenido que vivir durante más de 50 años padeciendo escasez de alimentos?
Los justificólogos del régimen, o sea, quienes se dedican al arte de ocultar, disfrazar, distorcionar las verdaderas causas de cuanto acontece en Cuba, se han ufanado en agregar cuanto argumento sea menester con tal de hacerle creer a nuestro pueblo, que fenómenos como la crisis mundial, el bloqueo (embargo), la deuda externa, el derrumbe del campo socialista y todo aquello que pueda servir de excusa para un problema bastante simple de resolver, pero cuya verdadera esencia el fidelismo ha persistido en negar que se debe, no a causas externas (las cuales influyen, pero no determinan) sino a determinantes internos.
Hambruna mundial y abundancia en el menticiero.
En Cuba se suele manipular al pueblo por los medios de difusión con noticias sobre cuántos millones mueren en otros países por hambre, cuántos están desempleados, las pérdidas de siembras y cosechas por catástrofes naturales... en fin cualquier cosa que venga bien e inmediatamente agregar que al pueblo cubano el Gobierno le garantiza un empleo, un salario, una cuota subsidiada. ¡Qué bueno es el Gobierno cubano! Pero estos embustes ya casi nadie en Cuba se los traga tan fácilmente.
Así, durante el comienzo del Período Especial, el pueblo rebautizó al Noticiero Nacional de TV (NTV) como el “menticiero” nacional y circuló rápido un chiste sobre la abundancia de productos agrícolas, cuando en casi todos los hogares no había ni un tomate, una papa o una libra de arroz, ni nada que comer, pero en el NTV a diario se ponían imágenes como si fuera lo contrario y en todas partes se vendiesen las viandas y vegetales en abundancia: “¡Prépara las jabas, que ya va a comenzar el menticiero!”.
La manipulación “mediática” nunca fue más burda, evidente, indignante. El pueblo estaba muy enfadado, por cuanto Fidel simplemente se cruzó de brazos del 90 al 94 con la economía desplomándose (cayó en un tercio el PIB) y al ver aquello en la TV el disgusto crecía, pues los cubanos hemos probado cuán aguantones podemos ser, pero eso no significa que seamos bobos. Era un descarado insulto a la inteligencia del pueblo.
Mientras el sabihondo máximo líder no hacía otra cosa que anunciar más catástrofes, que aquello se podría poner peor (que si una invasión norteamericana, que si tendríamos que vivir en túneles bajo tierra, los cuales ordenó construir aprisa en todo el país, y muchos otros infundios y locuras) el creativo pueblo sí supo hallar soluciones.
Creatividad popular
En poco tiempo, sin un sólo recurso suministrado por el todopoderoso Estado (que no tenía nada que dar, pues era la época en que por La Habana no circulaba ni un solo vehículo, con calles completamente desiertas a toda hora) la gente comenzó a vender cuanto podía, recogiendo las frutas de los patios y campos (que la incapaz burocracia estatal dejaba podrir por completo), buscando leche, queso, arroz, leña, etc. de los campos en bicicletas y carretones.
En fin, la única economía que funcionaba por entonces era la no estatal (pues la otra estaba paralizada) y tomó tanto auge, que llegó un momento (por los años del 93 al 95) en el cual si uno viajaba a menudo por toda la carretera central, comprobaba como las poblaciones del interior se iban transformando y cada vez había más pequeños negocios particulares vendiendo de todo, principalmente comida ¡en abundancia!
Por ilustrar con algunos ejemplos, hay pequeñas ciudades con menos de 50 mil habitantes, donde el Estado sólo tenía una pizzería en los “esplendorosos” años 80, pero donde en el período especial llegaron a abrirse más de 150 pizzerías, todas vendiendo, con muchos clientes, sin que les faltase el queso, la harina, levadura, etc. sin petróleo, electricidad, transporte, y sin todo lo otro que no había y servía al desgobierno de justificación a su consabida incapacidad. Y por supuesto, con bloqueo, imperialismo, “enemigos externos e internos” y todos los demás pretextos usados por el régimen para intentar convencer de su inocencia en la ineficiencia económica.
Cosa semejante podía decirse de las "paladares" (pequeños restaurantes particulares, así bautizados porque el término estaba en la telenovela brasileña del momento), los puntos de venta de artesanías y de todos aquellos bienes que el pueblo lograra producir y servicios que pudiese prestar con creatividad, iniciativa, libertad e incentivo económico, pues en esos tiempos todavía no les prohíbían nada, ni les asfixiaban con impuestos, ni les amenzaban constantemente con multas o cerrarles el negocio y todos esos maquiavélicos inventos de los cuales el fidelismo se valió para mantener al pueblo en la total miseria.
¡Prohibido prosperar!
El colmo es que la entonces ministra de comercio interior (a quien no se le ocurría nada bueno para solucionar la crisis, maldirigía todo un aparato burocrático parásito e incapaz de generar algún desarrollo para el país, pero muy dispuesta temerosa y servilmente a prohibir, empobrecer y acatar todo lo contrario a lo que significase progreso y bienestar para el pueblo) en un recorrido que hizo por las provincias, al ver como en cada pueblo, desde que comenzaba hasta que terminaba, por toda la carretera central, había un negocito tras otro, estaban llenos de luces (así fuesen mechones o antorchas), dijo que aquello no podía permitirse, pues no parecía que el país estaba en período especial.
Quien no sepa esto y lo lea ahora, seguro dirá: “¡No puede ser!”
Pues sí puede ser. Así fue. Como tantísimas cosas absurdas que ha padecido Cuba.
Y al otro día, la orden era que no podía haber negocio alguno en la carretera central. No los podían prohibir por completo, pues eso tal vez hubiese significado una sangrienta guerra civil, en la cual por fin el pueblo, desesperado y hambriento, semidesnudos y con machetes, como nuestros mabises, hubiese derrocado al régimen opresor.
A medida que el Gobierno logró aumentar su recaudación de divisas mediante el turismo, asímismo fue aumentando las trabas, prohibiciones, presiones, amenzas, arbitrariedades, la asfixia, persecusión y cierre de los negocitos particulares, gracias a los cuales, no sucedió lo que parecía inminente: la muerte por hambruna de millones de cubanos.
Ya habían muerto cientos por desnutrición y enfermedades oportunistas asociadas a ellas, estaba la pandemia de la neuritis y otras; Fidel destituyó a un viceministro de salud por tratar de explicar científicamente los efectos gravísimos de la avitavinosis y desnutrición en la población cubana entonces.
¿Logrará Raúl que haya más "jama"?
Se atribuye a Raúl Castro, la reapertura del mercado campesino (bajo otra denominación: mercado agropecuario), a lo cual Fidel mantuvo su oposición total (pues fue quien los cerró). Por esos años parecía como si hubiese ocurrido un golpe de estado. Fidel no aparecía públicamente, sino Raúl y Lage, para poner en práctica los cambios a los cuales el “Jefe” se negaba a todo costo.
Luego Raúl, ya en calidad de Presidente, también derogó un conjunto de medidas arbitrarias y antipopulares, que Fidel mantuvo años.
¿Se atreverá Raúl a permitir otra vez que el pueblo desarrolle toda su iniciativa y creatividad, sin trabas, sin prohibiciones absurdas, sin amenazas, sin persecusiones, sin hostigamiento, sin medidas impositivas, restrictivas y burocráticas asfixiantes?
Ha dado algunos pasos con el reparto de tierras, un mejor pago a los productores de algunos alimentos escasos, etc.
¿Se atreverá a ponerle fin al absurdo mal de la escacez de alimentos en Cuba?
¿Destrabará el camino hacia la conversión de Cuba en un país no plagado de habitantes extremadamente pobres, sino cada vez más ricos?
A su avanzada edad es muy tarde para lograrlo, pero no para iniciarlo.
El local mayor de Ojeda Corp.
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Desde agosto de 2015, Ojeda Corp. pasó a rentar un nuevo local, el cual es
el más amplio de todos los que hemos usado.
Aunque la mayoría de nuestra cliente...
Hace 8 años
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