domingo, 23 de mayo de 2010

Robolución

Término muy usado por emigrados cubanos opuestos a la dictadura, aunque en Cuba humorísticamente se usan expresiones equivalentes como “Alí Babá (Fidel o Barba Papá) y los millones de ladrones”.

¿Se transformó la Revolución en “robolución”?

El pueblo cubano fue fácilmente engañado con muchas promesas iniciales de Fidel en sus discursos, para tranquilizar y manipular a la población, pero luego incumplirlas mediante nuevos pretextos.

Se conservan los periódicos donde el entonces popular joven justiciero decía que respetaría las propiedades en manos de los medianos y pequeños propietarios, que sólo se expropiaría a los batistianos, grandes latifundistas y grandes compañías extranjeras.

Por supuesto que en los libros de la historia oficial no se menciona tal embuste, pues no sonaría muy ético para la imagen idílica de bondad, de Salvador, de Súperheroe, “invicto Comandante”, etc. que los serviles adulones acomodados quieren inculcar, sin pleno éxito, en las nuevas generaciones sobre la figura del Máximo Líder: muchas virtudes y ningún defecto.

Las nacionalizaciones de los principales recursos de un país, no constituyen una práctica exclusiva de Cuba. Las han realizado muchos otros países, indemnizando a los afectados.

La expropiación de las grandes extensiones de tierras improductivas (de los terratenientes) es práctica común de las reformas agrarias en otras naciones.

Igualmente, respecto a las fortunas amasadas ilegalmente o propiedades adquiridas gracias a gobiernos corruptos y de facto.

Pero en Cuba, la voracidad y arbitrariedad del régimen castrista no tuvo límites y le robó a la población cuanto de valor tenía: pequeños negocios, tierras, casas, joyas, muebles, en fin, todo, provocando un empobrecimiento masivo de otras capas de la población, o sea, una proletarización forzada de las mismas, muy a la cubana y poco “marxista”.

Desde sus inicios, el mal llamado “socialismo o comunismo” en Cuba en vez de fomentar abundantes riquezas para todos, generalizó la pobreza.

Son medidas que afectaron no a una élite o pequeña parte de la población, sino que directa o indirectamente perjudicaron a las masas (a cada persona o a sus parientes, vecinos, amistades).

Todo con el cuento de que pasarían estos bienes a ser del pueblo, cuando en realidad pasaron a manos de la nueva burocracia, como clase dominante, la verdadera propietaria de casi todo en Cuba.

Pero el robo no acabó ahí, en esos primeros años.

Prohibido mejorar.

La obsesión por impedirle al pueblo toda fuente extra de obtención de bienes, dinero, propiedades, negocios, generó cada vez más prohibiciones, al extremo de que el ciudadano común ya no podía sobrevivir sin violar al menos alguna ley.

Esto llevó a la desmoralización de la población, a que proliferara la doble moral: aparentar públicamente una cosa y ser otra en realidad.

Como la burocracia se roba el dinero del pueblo, obligándolos a trabajar a cambio del pago de míseros salarios, equivalentes a entre 5 y 15 dólares mensuales, inferiores a lo que se gana una persona en USA en una sola hora, pues el pueblo comenzó a quitarle a la burocracia cuanto pudiera, de lo que debiera ser suyo. Primero tímidamente, de manera muy escondida, casi en secreto. Luego cada vez más masiva, osada y públicamente.

El poder adquisitivo de tales salarios es tan bajo y la cada vez más menguada cuota racionada por la libreta es tan poca, que siempre hubo que comprar cosas “por fuera” o sea, ilegalmente, en el llamado “mercado negro”, pero el porciento de los ingresos y bienes adquiridos en tal mercado ha crecido gradualmente con los años y la falta de soluciones, al punto de que los salarios y la cuota no permitirían a la población comer ni la mitad del mes. En fin, si los cubanos quisieran cumplir cabalmente las leyes, todos habrían fallecido ya. El país estaría deshabitado por completo. Conozco personas que lo intentaron, se desnutrieron, enfermaron y hace mucho que están enterrados.

Aprender a "luchar".

Aprender a robar y a delinquir en Cuba ha sido una de las tantas formas de adaptación del pueblo cubano para no perecer en masa.

Pero el tal “robo” o incumplimiento de las leyes en Cuba al cual nos referimos, no es igual al que se ve en otros países y esto lleva a muchos a confundir lo que sucede en Cuba, lleva a engaños como el de creer que a los cubanos les gusta ser ladrones o delincuentes, cuestión muy lejos de la verdad. Una cosa es "robar" porque no hay otra forma legal de subsistir uno mismo y su familia y otra es robar para no tener que trabajar ni ganarse la vida honradamente, sino de manera fácil.

Los cubanos en su gran mayoría prefieren ser honrados y sufren mucho psicológicamente cuando se ven forzados ellos o sus seres queridos a corromperse, a degradarse, a desviar los recursos que le pertenecen, pero de los cuales la burocracia se apropia cada día: “ladrón que roba a ladrón, tiene cien años de perdón”.

Aparentemente el pueblo roba. En realidad el pueblo toma por la fuerza lo que es suyo, lo que la burocracia le quita mediante los míseros salarios y prohibiciones absurdas.

En el popular cuento infantil, Alí Babá tenía sólo 40 ladrones. Dentro de Cuba, suele decirse: “Barba Papá (Fidel) y los millones de ladrones”, por cuanto el régimen ha obligado a todo el pueblo a “robar”, o sea, a tomar como pueda y cuanto pueda de lo que debiera ser suyo.

Es como el dueño de una herencia que no puede hacer uso de ella libremente, sino que por el contrario, otra persona, valiéndose de engaños, de trucos legales, etc. es quien dispone de los bienes del otro. Cuando el perjudicado toma algo de lo que en realidad es su patrimonio, no está robando por ello, aunque parezca que ha cogido lo que ya no es suyo. El verdadero gran ladrón es el usurpador.

Esta historia típica de muchas telenovelas, en el melodramón real y cotidiano de Cuba, los personajes son el pueblo y la burocracia explotadora liderada por los Castro.

Por eso el pueblo cubano, que no se resigna a ser corrupto ni una gigantesca banda de delincuentes, prefiere decir “resolver” o “luchar” cuando se trata de lo que la población tiene que hacer para subsistir, por muy ilegal que ello haya sido convertido por la arbitrariedad en el poder y deja el término “robar” para la apropiación mucho mayor que hacen los burócratas de la riqueza y los bienes generados por la nación.

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