Desde el Lejano Oriente, sin mucha cobertura noticiosa, un pequeño país llamado Timor Oriental, de manera inmediata hizo llegar, sin condición alguna, una ayuda de quinientos mil dólares a Cuba, con motivo de los daños causados por el huracán Gustav en Pinar del Río e Isla de la Juventud.
A sólo noventa millas la superpotencia del planeta ofreció una cantidad cinco veces menor, de la cual el pueblo cubano aún no ha recibido absolutamente nada. ¡Qué vergüenza!
Mientras otros más, como los también países capitalistas España y Rusia, enviaron rápidamente su ayuda sin condición alguna, en Miami y Washington sigue habiendo mucho ruido y pocas nueces.
Una vez más se nos intenta hacer creer que la mentira es verdad.
Las televisoras no dejan de poner a los falsos lidercillos que con su acostumbrado cinismo repiten una y otra vez sus descarados y reiterativos cuentos de que desean lo mejor para el pueblo cubano, que están dispuestos a ser quienes más nos ayudan, pero que es el Gobierno castrista quien no los deja ser todo lo bueno que estos sinvergüenzas se autorretratan.
¡Qué poderosa es esa dictadura! ¡Le ata las manos hasta a presidentes, senadores y representantes de USA! Y claro está, a otros personajillos “dirigentes” de no sé cuántas sociedades patrióticas y luchadoras por la libertad, al punto de impedirles por completo enviar ni un dólar, a esos cubanos damnificados que la tele pone constantemente durmiendo a la interperie, con sus casas completamente destruidas, sus pocos bienes perdidos, siembras arrasadas, provisiones perdidas...
¡Cuán humana es esta gente!
¿Quién se atreve a dudar que de veras desean cambios en Cuba y acabar con el régimen?
Están dispuestos a ver morir de hambre y epidemias a todos los habitantes de la Isla, con la mayor disposición del mundo a ayudarlos, sin ayudarlos de veras, esgrimiendo cuanta justificación les sirva de pretexto para lograr su verdadero propósito: engañar.
Parece que para esta gente la única manera de la cual el pueblo cubano merece librarse de la dictadura es muriéndose. Así la Isla queda deshabitada y pueden ir a apoderarse de ella otra vez.
Pero afortunadamente, los cambios llegan quieran o no y cada vez serán mayores. Ya se oyeron esta vez, aunque todavía tímidas, voces bien altas que plantearon algo distinto: una moratoria de tres meses para que cada cubano americano pueda hacerle llegar a los de allá, cantidades ilimitadas de dinero y hasta viajar para dar cualquier otro tipo de ayuda.
Por el contrario, los falsos líderes se apuraron en recalcar que no era necesario cambio alguno. Fíjese bien, esa gente repite una y otra vez que no quiere cambio alguno.
¿Y Usted todavía cree en ellos? ¿Hasta cuándo va a estar Usted dispuesto a seguir dejándose manipular por estos engañabobos?
¡Despierte! Y ayude también a los demás a despertar. Necesitamos nuevos y verdaderos líderes que nos ayuden a lograr los cambios dentro y fuera de Cuba, que de verdad necesitamos y anhelamos los cubanos.
El local mayor de Ojeda Corp.
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Desde agosto de 2015, Ojeda Corp. pasó a rentar un nuevo local, el cual es
el más amplio de todos los que hemos usado.
Aunque la mayoría de nuestra cliente...
Hace 8 años