La añeja cúpula gobernante cubana no acaba de desprenderse del todo de sus viejos enfoques, alegando "robo de cerebros", protección del capital humano (de ese mismo capital muy subutilizado y requetempobrecido, frustrado, falto de oportunidades en el interior de su país).
En vez de aceptar abiertamente que la libre (y no estatalmente manipulada) exportación de capital humano, pudiera convertirse en una de las principales fuentes de ingresos y prosperidad económica para los habitantes de la Isla.
Es conocido que las remesas enviadas desde el exterior constituyen una de las principales fuentes de divisas y hasta de "inversiones" (por parte del propio pueblo, no del Gobierno) en la Isla.
¿Qué sucedería si los profesionales cubanos pudieran emigrar sin restricción alguna, a la par que entrar y salir libremente de su Patria, tener propiedades y negocios en ella, invertir en su propio país el dinero que acumulen (cosa permitida hoy sólo a los NO cubanos)?
Los absurdos, caprichosos y perjudiciales "principios" que han regido por más de medio siglo, siguen trabando el desarrollo del país.
El "castigo" a los "desertores" sigue vigente, aunque se hable de cambios en el exilio, de acercamiento, etc.
En muy pocos años Cuba prosperaría muchísimo si los cubanos que ya residen en el exterior y las oleadeas que pudieran salir libremente (de permitírsele, en lugar de obstaculizarlo) pudieran invertir parte de su capital (que en conjunto es varias veces superior al PIB cubano) en el desarrollo económico y la reconstrucción de su tierra natal.
Esto también es parte de lo que significa que "Cuba se abra al mundo y el mundo a Cuba". ¿O no?
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